Aunque no salte a la vista, las plantas reaccionan al tacto. Cuando se les roza pueden sentirlo, y en respuesta ellas también pueden tratar de moverse o segregar sustancias. En función del tipo de planta, la reacción será defensiva u ofensiva. Lo más normal es que cualquier planta reaccione esquivando nuestro roce, buscando la forma de que no se repita, pues los golpes son tomados por ellas como un accidente que puede dañarlas o como una acción para devorarlas.