Nos fijamos con facilidad en las personas que se comportan de forma impulsiva, que actúan en caliente y que suelen obrar en función de las primeras impresiones y de lo que les marca su instinto. Pero no es muy común hablar de las personas que actúan justamente al revés de las impulsivas, tanto es así que ni siquiera parece evidente cuál es el nombre con el que la psicología les denomina: personas reflexivas.