Muchas de las elecciones que tomamos en nuestro día a día tienen que ver con decisiones de marketing que las grandes corporaciones han impulsado. Por eso vemos un deseo inconfesable en cierta comida basura, cuando realmente ni aporta un sabor destacable ni es buena para nuestra salud. De la misma forma, hay conductas ecológicas que también están barnizadas por cierto marketing, y que realmente no son tan positivas para el medio ambiente.