Hay muchas cuestiones de tu vida diaria que probablemente esté desarrollando de manera inconsciente, y tal vez se tratan de placeres y de momentos en los que podría surgir una llama de lucidez. Por ejemplo, el momento del desayuno, en el que después de 8 horas en la cama tu sentidos se desperezan y vuelven a darte impulsos sobre el mundo que te rodea. ¿Te ha parado a pensar que lo común suele ser desayunar sin percibir lo que tomamos, sin disfrutarlo, sin apreciarlo…?