Da igual la cantidad de agua que bebas, siempre tienes sed. No importa que sea verano o invierno, que vengas de hacer running o que estés leyendo tranquilamente en el sofá. Necesitas beber agua a todas horas y, como consecuencia, tienes que orinar constantemente. Si te ocurre algo parecido, es posible que se trate de un tipo de diabetes.