Quienes defienden que la fruta mejor de postre mantienen que tras una comida podemos sentirnos tentadas de tomar algo dulce y que puestos a elegir, la fruta es la mejor de las opciones. Si optamos por tomarla antes, llegado el momento final de la comida podríamos caer en otras opciones menos saludables y, por tanto, colocar su ingesta al final es un seguro para no tentarnos con otros dulces menos saludables.