Cada vez que alguien señala rasgos de nuestra personalidad, nuestra actitud o nuestros actos y los critica, está abriendo un grieta en la percepción que tenemos de nosotros mismos. Porque las críticas son espejos que muestran quiénes somos, aunque a veces no ofrecen un reflejo fiel a la realidad, sino una versión nuestra distorsionada o circunstancial.