1/2 © Adobe Stock

El cambio climático nos afecta cada vez más, y avanza de manera silenciosa llevándose por delante algunos de los recursos esenciales para nuestra vida. Los cambios drásticos de temperatura, la escasez de agua y las emisiones de CO2 afectan de manera negativa a los cultivos, a los mares y a los alimentos que de ellos obtenemos.

2/2 © Adobe Stock

 Frutas y derivados (como el vino)

Algunas frutas con hueso, como las cerezas, pueden salir perdiendo a causa del aumento general de temperaturas, ya que precisan de horas de frío para una buena polinización. El calor hace que los frutos crezcan más tarde y en menor cantidad. Pero estas frutas tampoco se benefician de los cambios repentinos de temperatura, ya que el exceso de frío destroza las cosechas. 

Más sobre: