Bailar es un auténtico placer. De hecho, lo asociamos a situaciones festivos, como salir por la noche y bailar; a las celebraciones populares donde se baila y se ve bailar, como las fiestas de los pueblos, y a un sinfín de momentos que nos hacen disfrutar. Y es que el baile forma parte de la especie humana desde el principio de los tiempos, y ha sido fundamental para hacernos sentir bien y crear relaciones emocionales con otras personas.