Todas las vitaminas son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, y cada una de ellas desempeña en él una función concreta. Lo más habitual es conseguirlas a través de una correcta alimentación que sea completa y variada, pero para conseguir las cantidades adecuadas de algunas de ellas es necesario prestar una especial atención a otros factores complementarios. Es el caso de la vitamina D, que es algo peculiar pero no por ello menos necesaria para nuestra salud.