Estos son los rasgos que definen a una persona procrastinadora
Cuanto más tiempo retrasamos las tareas que debemos hacer, más probabilidad hay de que nos sintamos inestables emocionalmente, pues el temor a la montaña de cosas por hacer puede convertirse en un problema por partida doble: baja autoestima y pérdida de la confianza en uno mismo.
La procrastinación no es un rasgo propio de nuestra personalidad, sino que es producto de un estado de ánimo general que nos conduce a retrasar las tareas que debemos completar hoy, y hace que las posterguemos para después, o para mucho después. De esta forma puede que todo lo que te apetece hacer lo hagas primero, y todo lo que no se te acumule para después, generando así una situación contínua de colapso que puede darte malas consecuencias.