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Cuando llenamos nuestro carro de la compra, realmente nos sentimos estimulado por varios rasgos de los productos que elegimos, aunque no siempre sepamos recordar qué es lo que realmente nos hizo elegir un producto y no otro. En ocasiones buscas algo, revisas los precios, miras sus envases, y en un instante casi mágico, eliges uno de ellos “porque sí”, para probar, para darle una oportunidad, y porque hay algo que te dice que estás tomando una buena decisión.

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