Cuarenta años entre nosotros
El boom de estos alimentos fue en los años ochenta, cuando se vendían estos productos como una alternativa divertida, rápida y sabrosa. Desde canelones ultracongelados, bollería industrial de colores chillones y hasta patés que no eran patés. Nadie reparaba en su composición real, aunque lo cierto es que estaban elaborados con unos valores dietéticos que hoy nos parecerían delicatessen comparados con sus actuales herederos.