Son dos palabras que por separado no pueden sonar más saludables, agua y frutas; por no hablar de que ambas se consideran imprescindibles para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Por eso, porque parecía que nada combinaba mejor, llegaron a los estantes de los supermercados las aguas de frutas (o con sabor a fruta, o con aroma a fruta), que se parecen mucho a una botella de agua normal y corriente, pero con un extra que quizás no es tan saludable como aparenta.