Puede que la mayoría de veces que hemos escuchado y pronunciado la palabra “egoísta” haya sido como adjetivo despectivo. Por definición, una persona con esta cualidad piensa primero en ella misma antes que en los demás, y antepone sus necesidades a las del resto de personas que la rodean. Esta cualidad está mal vista, pues se presupone que no es solidaria ni empática y que derrocha narcisismo. Pero ¿y si hubiera excepciones?