En la Isla de Disko, en Groenlandia, apenas viven un millar de personas, y la mayoría son científicos destacados en misiones de investigación sobre el ecosistema ártico. Entre ellos, un grupo de científicos de la Universidad de Copenhague, que precisan pasar allí todo el invierno para tomar muestras del entorno en una zona especialmente difícil para vivir, donde la caída de las temperaturas en invierno es muy drástica.