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Guardar medicamentos en casa cuando ya no estamos utilizándolos es una mala idea, y así lo afirman  las asociaciones médicas. En casa es evidente que sobran por el espacio que ocupan. Porque en muchas ocasiones la nevera va cediendo sitio a los jarabes usados que, pasado un tiempo, ni recordamos; y el lugar donde deberíamos tener medicamentos comunes como el ibuprofeno o paracetamol, se convierte en un repositorio de antibióticos a medio usar y de pastillas de las que no recordamos el propósito.

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