Un juego puede convertirse en uno de los mejores regalos que puedes hacer a tu familia en la noche de Reyes. Y es que jugar no es solo cosa de niños. Al menos, no debería serlo. El juego nos aporta, a grandes y pequeños, una forma segura (y divertida) de alimentar la imaginación, la creatividad, las habilidades para resolver problemas y emociones. Y, sobre todo, une, divierte y aleja el estrés. Pero hay más.
Negociar límites y reglas
El objetivo de jugar solo es divertirse. De hecho, cuando somos niños nos relacionamos con los demás jugando, aprendemos a vivir en sociedad y a respetar a los otros mediante el juego. Hay más: también cambia el cerebro y ayuda a que este se desarrolle adecuadamente, fomentando las funciones ejecutivas, como la capacidad de regular las emociones y resolver problemas. Además, mediante el juego, se aprende a negociar los límites y reglas. Tal como explica la psicóloga Silvia Álava Sordo, autora del libro 'Queremos que crezcan felices' (ed. JDEJ editores), "jugar es un acto importante; es hacer ejercicio, compartir, competir, negociar, aprender a ganar y a perder. De esta forma los niños irán adquiriendo valores que les acompañarán y les ayudarán durante toda su vida".
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Jugar en familia
Como decíamos, el juego no solo es esencial para los niños. Puede ser una fuente importante de relajación y estimulación también para los adultos. Y, si pensamos que puede haber roces en la próxima celebración con la familia, lo mejor es que busquemos elementos de distracción.
Podemos jugar a 'las películas', a las cartas, o a los juegos de imitación pero, ya que se acerca la noche más mágica del año, ¿por qué no aprovechamos para pedir a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente un juego de mesa? Puede ser una buena alternativa para limar asperezas, evitar disputas y tener la fiesta en paz. Como afirma el psicólogo Jesús Matos, "los juegos de mesa pueden ayudar a compartir experiencias agradables con otras personas. El estado de ánimo tiene una correlación alta con el número de actividades agradables que hacemos cada día y con la calidad del apoyo social percibido. Por ello, pasar tiempo con nuestros seres queridos jugando a juegos de mesa nos puede ayudar a incrementar nuestro bienestar".
Juegos de mesa
Podemos apostar por los clásicos donde poner en práctica nuestras habilidades de estrategia o dotes para resolver enigmas, o por otros más atrevidos donde además de desarrollar todo el ingenio, podemos pasar un rato muy divertido exponiéndonos, de forma controlada, a hacer el ridículo. Aquí van algunas propuestas:
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