Parece que a día de hoy somos más conscientes de lo necesario que es reducir (y eliminar) el plástico de nuestras vidas, ya que es una fuente terriblemente contaminante para el planeta. Cada vez es más habitual, por ejemplo, acudir a la compra con una bolsa propia, para evitar usar las de plástico que dispensan en los establecimientos; también se ha reducido el consumo de agua en botellas de plástico desechables y aumenta el consumo en botellas de uso ilimitado, como las de acero, cristal o plástico libres de BPA; o evitamos comprar artículos frescos que vengan envasados en recipientes de plástico de manera innecesaria.