Siempre resulta difícil afrontar una ruptura sentimental, incluso cuando esta se realiza en los mejores términos. El final de una relación supone un impacto emocional del que no podemos escapar y cuya magnitud va a variar según las circunstancias en que se produzca. Por ejemplo, cuando se lleva tiempo intentando salvar la relación pero al final se produce la ruptura, inevitablemente estás más preparada y el duelo es menor que si te dejan sin previo aviso. Pero en este último caso, según la ciencia, podrías encontrarte ante el principio de algo mucho mejor.