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Alcachofas

Tanto la alcachofa, lo que conocemos como el corazón de estas, como sus hojas, ayudan a la protección del hígado y de la vesícula biliar, y contribuyen a la eliminación del colesterol malo. Es rica en clorogénico y cinarina, estimulando al hígado para aumentar la producción de bilis y facilita a su vez el vaciado de la vesícula biliar. Esto es, en definitiva, la forma que tiene la alcachofa de favorecer la digestión de las grasas.

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Berenjena

El 90% de esta hortaliza es agua, apenas tiene grasas y si la tomas con piel estarás aprovechándose de toda su fibra. Este alto contenido en agua ha sido motivo de estudio por la en una investigación sobre el colesterol, realizado por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación), que concluyó que el agua de la berenjena ayuda a reducir el colesterol malo, por su alto contenido en ácido clorogénico, que es un antioxidante natural considerado uno de los más efectivos para reducir el nivel de este tipo de colesterol.

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Coles de Bruselas

Esta hortaliza tiene un alto aporte de fibra, y de esta la mayor parte es insoluble, lo que ayuda a arrastrar las grasas y los azúcares para eliminarlos de nuestro organismo. Esto lo consigue cuando evita que estos nutrientes lleguen a la sangre transformados en colesterol malo. Además, las coles de Bruselas son ricas en vitamina C, que es un antioxidante natural y actúa contra las grasas circulantes, ayudando a la formación de colesterol bueno, el que por su parte evita la formación de grasa acumulada en las paredes arteriales.

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