Chequea tu corazón
¿Has pensado alguna vez en realizarte un autochequeo de tu corazón? Solo tienes que pararte a controlar las pulsaciones y contarlas. Hazlo por la mañana, antes de hacer cualquier tipo de esfuerzo, por ejemplo, al levantarte de la cama, para que la lectura del latido sea más precisa.
Partiendo de un estado de reposo, es decir, sin haber hecho ejercicio físico, estando relajados y sin haber tomado sustancias excitantes como el café, "lo normal es que el corazón lata a 60 o 70 publsaciones por minuto. Si lo hace a más de 80, es alto. Si suben de 90, no es normal, y si son más de 100 hay que consultarlo con el médico", señala el doctor José Calabuig, jefe del Servicio de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra. Por contra, "las personas que tienen una frecuencia de latido más baja, entre 45 y 50, sobre todo si realizan un ejercicio aeróbico, no tienen por qué alarmarse si no presentan síntomas como mareos y si se trata de algo habitual", indica. Además, un corazón que late más lento, siempre que no obdezca a una anomalía, "se gasta menos", añade el cardiólogo. Ahora bien, notamos cambios en la frecuencia, sí hay que pedir cita. "Si no tenemos fiebre -que aumenta el número de latidos-, no hemos corrido, ni tomado café y, aún así, nuestra frecuencia es de 110, es aconsejable que hablemos con un especialista, puesto que podría tratarse de un problema de tiroides", recomienda.
¿Se te sale del pecho?
Lo normal es no notar el corazón. Sin embargo, a veces pensamos que se nos va a salir del pecho. ¿Por qué ocurre? ¿Hay que correr a urgencias? "Normalmente, no", tranquiliza el doctor Calabuig. Si analizamos la situación en la que ocurre, es probable que lleguemos a la conclusión de que estamos estresados, angustiados, o aterrorizados. En estos momentos, se segrega una serie de sustancias que hacen que el corazón se contraiga más fuerte. "Es eso lo que oímos. A veces se puede acompañar de un aumento de la frecuencia. Otras veces no. Pero, en general, no debe preocuparnos. Ahora bien, si lo sentimos en condiciones normales y empieza a latir más rápido y fuerte, puede tratarse de arritmias. Si hay 'caos' en el latido podría tratarse de una fibrilación auricular, que puede ser benigna, pero debe consultarse", aclara el especialista de la Clínica Universidad de Navarra.
Dolor en el pecho
No debemos bajar la guardia cuando sentimos un dolor en el pecho, pero no hay que pensar siempre en lo peor. En primer lugar, es conveniente analizar cómo es el dolor y qué zona abarca. Por ejemplo, "si al imaginar dónde nos duele abarcamos la zona con la mano, o con el puño, y el dolor es opresivo, hay que prestarle atención", señala el experto. Pero si podemos señar el dolor con el dedo, lo más probable es que sea algo benigno.
De hecho, hay personas, sobre todo deportistas, o después de haber estado en un mala postura, que experimentan un dolor repentino, asfixiante, como el de una puñalada bajo el corazón. No existe evidencia médica pero, según mi experiencia, opino que se trata de un pellizo de la pleura (el tejido que recubre los pulmones y la cavidad torácica), pero no los gases, como muchos piensan", concluye el doctor Calabuig.
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