Ostras
En la Roma Antigua ya se utilizaban las ostras como un potente afrodisíaco, y probablemente en la cultura popular es el alimento que se nos venga a la cabeza con mayor facilidad al pensar en este tipo de propiedades. Probablemente tenga que ver, al igual que el caso de la miel, porque las ostras favorecen la producción de testosterona por su alto aporte de zinc y por los aminoácidos y serotonina que aportan, que en conjunto son potenciadores de cierto placer y euforia.