Existen muchas razones que nos llevan a considerar si seguir comiendo carne o apostar por una dieta centrada en los alimentos vegetales. Además de cuestiones puramente éticas, eliminando la carne de nuestra alimentación probablemente tengamos una mejor digestión, porque la carne roja precisa de un proceso digestivo más lento y pesado. Además, la carne está sujeta a hormonas para su más rápido crecimiento, y el uso de antibióticos en los animales cada vez es más preocupante. Por si fuera poco, sus grasas influyen en el aumento de los niveles de colesterol.