Quienes han vivido largas temporadas en una ciudad diferente a la suya conocen la sensación de regresar a un lugar que creías que te pertenecía y descubrir que las cosas han cambiado. Que ya no encuentras los lugares donde eras feliz y que las calles han dejado de tener la apariencia que recordabas porque, por ejemplo, aquel parque es ahora una gasolinera.