Es lógico que te levantes con el tiempo justo para salir por la puerta cada mañana, y te resulte más cómodo dejar la cama tal y como está cuando te levantas. Pero lo cierto es que hacer la cama cada mañana no te lleva más de dos minutos, y la recompensa es mayor de lo que te esperas. Las que te ofrecemos a continuación, son unas buenas razones para estirar tus sábanas como se merecen todos los días.