Es un hecho: la ropa se nos acumula en el armario. Cuando haces limpieza por el cambio de temporada estacional seguro que se te pasan por la cabeza cosas como “en qué estaba pensando para comprarme esta camisa” o “creo que solo me he puesto esta falda una vez (o ninguna)”. Y es que la industria de la moda ha propiciado un tipo de consumo, conocido como fast fashion, ligeramente compulsivo y en gran medida innecesario que, además, es muy contaminante y dañino para el medio ambiente. La moda sostenible o slow fashion surge para dar respuesta a este tipo de consumo.