¿Sabías que tu mejor terapeuta puede tener cuatro patas?
Los animales no juzgan, no ponen etiquetas e interactúan con personas con discapacidades físicas o psíquicas, ancianos o pacientes con depresión. De ahí que se utilicen como terapia. Y los resultados son sorprendentes. Incluso pueden contribuir a rebajar la medicación.
Algunos animales son entrenados para detectar bajadas de azúcar, infartos o ataques epilépticos. También son los ojos de personas con ceguera o la mejor compañía para niños con autismo, discapacidad u otras enfermedades.