Internet es un océano muy amplio para ser navegado con comodidad. Los buscadores (caso de Google, pero también del resto) no ordenan sus resultados en función de la calidad científico-técnica del contenido. El riesgo de infoxicarnos (intoxicarnos por exceso de información) es alto. Recordar y mantener actualizados los recursos útiles existentes es tarea prácticamente inviable.