El páncreas es una glándula localizada detrás del estómago y por delante de la columna que produce jugos que favorecen la descomposición de los alimentos y hormonas que ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre. El hecho de fumar, de haber sufrido diabetes durante mucho tiempo, de haber padecido episodios repetidos de pancreatitis o de ser portador por vía hereditaria de la mutación del gen BCRA, son factores que contribuyen a aumentar el riesgo de desarrollar un cáncer de páncreas a lo largo de la vida.
Esta enfermedad es la tercera patología tumoral con mayor tasa de mortalidad en nuestro país, después del cáncer de pulmón y del cáncer colorrectal. En concreto, según aparece reflejado en los datos publicados en enero de 2017 por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de páncreas fue responsable de 6.278 fallecimientos en 2014 en España. Le siguen el cáncer de mama (6.213 muertes) y de próstata (5.855 muertes).
Sin embargo, la ciencia no ceja en su empeño de conseguir disminuir estas cifras. El doctor Antonio Cubillo, jefe de Servicio de Oncología Médica del Centro Integral Oncológico Clara Campal de Hospitales de Madrid (HM CIOCC), y uno de los mayores referentes a nivel internacional en investigación en uno de los tipos más agresivos de cáncer de páncreas, asegura que, con los últimos avances en el conocimiento de la biología molecular de este tumor y los estudios clínicos puestos en marcha podemos ser optimistas en cuanto al hecho de alcanzar hitos científicos importantes en cáncer de páncreas: "Estamos en el camino correcto para conseguir, en poco tiempo, un mejor pronóstico para los pacientes que sufren esta enfermedad".
Tres factores que complican el diagnóstico precoz del cáncer de páncreas
La evolución de los pacientes con cáncer de páncreas está determinada por varios factores. El princpial y que se da en prácticamente la mitad de los casos, es que las células cancerígenas ya han causado metástasis en otros órganos en el momento del diagnótico. Otro de los factores responsables de estos bajos índices de supervivencia es que el páncreas está oculto detrás de otros órganos, por lo que los profesionales de la salud no pueden ver ni palpar los tumores en los exámenes de rutina. A esto se añade que, con frecuencia, el tumor de páncreas no causa síntomas de inmediato y, cuando estos aparecen, suelen ser inespecíficos, como el dolor en el abdomen y la espalda, pérdida de peso y fatiga. En ocasiones, es la aparición de una coloración amarillenta de la piel y los ojos la que advierte de la presencia de la enfermedad.
Otro de los factores que dificultan su diagnóstico es que, a diferencia de otros tumores, “en cáncer de páncreas no hay una población de riesgo definida ni un test sencillo de diagnóstico precoz que permita definir con exactitud un población de alto riesgo perfectamente definida”. Así lo explica el doctor Cubillo. Este experto reconoce que aunque existen factores de riesgo reconocidos, como el consumo de tabaco, el haber sufrido episodios de pancreatitis previos o el hecho de ser portador de una mutación de un gen que se llama BCRA, existe un amplio porcentaje de población que desarrolla cáncer de páncreas sin presentar estos factores de riesgo previos.
El adenocarcinoma de páncreas, el tumor más agresivo
En los casos de personas que presenten uno o varios factores de riesgo “sí es recomendable que el paciente sea vigilado en un programa de diagnóstico precoz”. No obstante, el doctor Cubillo advierte que este grupo está integrado por “muy pocas personas" en relación al número global de pacientes que son diagnosticados con esta enfermedad.
A menudo, los tumores de páncreas se diagnostican porque los pacientes acuden a un centro sanitario a realizarse una prueba radiológica por cualquier otro motivo y, en ese contexto, se observa una lesión sospechosa. En otras ocasiones, el diagnóstico se deriva de una persistencia y aumento progresivo de síntomas. “El paciente presenta unos síntomas, no muy llamativos y poco relevantes en princpio, como son molestias abdominales referidas durante cierto tiempo que se han ido intensificando y que, cuando se hace un estudio (resonancia magnética, ecoendoscopia, tac de tórax-abdomen-pelvis o marcadores tumorales), se diagnostica de la enfermedad”, subraya este oncólogo médico.
En el 90% de las ocasiones, el tipo de tumor que se diagnostica en el páncreas es el adenocarcinoma. “El adenocarcinoma de páncreas es un tumor muy agresivo que, con gran frecuencia, sale de este órgano y provoca lesiones en otros lugares del organismo, lo que supone una dificultad añadida en el tratamiento de la enfermedad”, lamenta Antonio Cubillo.
La curación del cáncer de páncreas, ¿una utopía?
Cuando se diagnostica un paciente con cáncer de páncreas, un equipo de profesionales sanitarios, coordinador por el oncólogo médico en un comité multidisciplinario, realiza una estadificación de la enfermedad, es decir, valora cómo está el tumor localmente (a nivel de páncreas: tamaño, localización, afectación de vasos) y una estadificación a distancia (si ha generado lesiones en el resto del organismo). “En función de esto, de los factores individuales del paciente -como su estado general o su historial de enfermedades- y de la biología molecular del tumor. se determina la estrategia global del tratamiento”, explica el doctor Cubillo.
“Si el tumor está localizado en el páncreas, en el Centro Integral Oncológico Clara Campal realizamos un tratamiento neoadyuvante. Ponemos el tratamiento sistémico primero y antes del tratamiento local. Somos el centro de Europa con más experiencia en tratamiento neoadyuvante en cáncer de páncreas. Además, disponemos hay combinaciones de fármacos nuevos que hacen que el tratamiento globalmente considerado sea más eficaz”, apunta el doctor. Y subraya: “Cuando el tumor está en el páncreas, aunque el riesgo de recaídas es muy grande, hay un pequeño porcentaje de personas que se puede curar de la enfermedad”.
Sin embargo, puede darse el caso de que el cáncer de páncreas esté diseminado, es decir, que haya salido del páncreas afectando a otros órganos. En tal caso, “hay que empezar tratamiento sistémico, pero más a largo plazo. Buscamos combinaciones del mejor tratamiento convencional con algún fármaco en investigación que pueda aumentar la eficacia del tratamiento”, indica el oncólogo. En casos de metástasis de cáncer de páncreas, “se puede hablar de cronificación, pero no todavía no de curación”. No obstante, adelanta que existen varias líneas de investigación abiertas que están trabajando con combinaciones de nuevos fármacos con innovadores mecanismos de acción, como la inmunoterapia o los fármacos que atacan al estroma (el tejido conjuntivo que rodea al tumor) “para ver si somos capaces de que algunas personas con cáncer de páncreas metastásico se puedan curar”.
Reclamos de la ciencia para avanzar en cáncer de páncreas
Actualmente, el cáncer de páncreas centra la atención de muchos equipos de investigación. Pero ¿podemos ser optimistas en cuanto al hecho de alcanzar hitos importantes en este tipo de cáncer? El doctor Cubillo comenta al respecto: “Con los últimos avances en el conocimiento de la biología molecular del cáncer de páncreas y los estudios clínicos actualmente en marcha, podemos estar en el camino correcto para conseguir, en poco tiempo, un mejor pronóstico para los pacientes que sufren esta enfermedad".
El oncólogo detalla: “Es muy importante contar con excelente equipos quirúrgicos y de radioterapia, pero la mejoría en el pronóstico en los pacientes con tumores de páncreas va a venir por la mejoría del tratamiento sistémico. De hecho, empezamos a tener muy buenos resultados al respecto”. No obstante, reconoce que cualquier avance es poco: “Lo que ocurre es que nunca nos conformamos. Siempre queremos curar a más personas y que, las que no se curen, puedan convivir con su enfermedad de manera crónica”.
En cuanto a prevención, el doctor indica: "La prevención en cáncer de páncreas es difícil. Lo fundamental, que no tenemos y en lo que estamos trabajando, es en el desarrollo de un test de diagnóstico precoz. Mientras tanto, las pautas de prevención son las mismas que en otros tumores: evitar el tabaco, dieta mediterránea variada, vida activa… Son los factores generales a evitar”.
En tercer lugar, menciona la necesidad de esforzarse por mejorar aún más la organización de los grupos de investigación en esta enfermedad: “El nivel de la oncología médica en España es muy alto, el compromiso de muchos oncólogos médicos con la investigación clínica también es muy alto y, quizá, si nos organizamos un poco mejor para realizar esos estudios más rápidamente, podríamos sacar conclusiones de manera más eficaz”.
No menos importante es la inversión en investigación en cáncer de páncreas. “En los centros de referencia internacional, como el HM CIOCC, buscamos muy activamente la inversión necesaria para continuar con nuestras investigaciones. Quizá en otros centros más pequeños, sea más difícil conseguirla, pero la inversión viene de moverse a nivel internacional”. En su condición de candidato a presidir la Sociedad Española de Oncología Médica, asegura que se dedicará a trabajar para que la inversión se potencie al máximo. “Junto con todos los miembros de mi candidatura, trataré de potenciar la investigación, trataré de potenciar la inversión nacional e internacional. Y no solo en cáncer de páncreas, sino también en el resto de patologías oncológicas”, promete.