Hay trabajos que terminan una vez finalizadas las ocho horas de jornada laboral, otros que duran más, y otros tantos que, como en el caso de los actores, cuentan con horarios y escenarios dispares. Pensar en la vida laboral de los intérpretes puede llevar a imaginar una vida idílica, pero lo cierto es que tras esa fachada se esconde una gran inestabilidad de tiempo y espacio que puede llevar a otra más difícil de solventar, la emocional.
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Si algunos rumores señalaron que una de las causas de la ruptura de Kendall Jenner y Bad Bunny fue la distancia y la agenda apretada de ambos, todo parece indicar que a la hermana pequeña de la modelo le sucede todo lo contrario. En su relación con el actor Timothée Chalamet parece no haber problemas ni de atención, ni de la distancia. Así lo ha señalado recientemente una fuente del medio internacional People, señalando que, aunque, "con la temporada de premios y los estrenos, a principios de año su relación fue intensa”, Kylie Jenner trata de amoldarse a los viajes y horarios del actor siempre que puede: "Tenía tiempo libre para ir a premios y estrenos con él. No podría apoyar más su carrera". Y, según el mismo testimonio, parece ser que el interés es recíproco, pues ha señalado también que, "cuando están juntos en Los Ángeles, él también pasa tiempo con los hijos de ella".
Aunque en este caso ambos han sabido encajar bien sus horarios, lo cierto es que su caso no es habitual en el universo del star system, pero tampoco entre el grosso medio de la población. Tan solo en España, de media, se trabaja 40,3 horas semanales, según datos de Organización para el Desarrollo y Cooperación Económico (OCDE).
¿Hemos pensado realmente si estamos dispuestos a reorganizar nuestras prioridades para hacerle espacio a una relación? Debemos pensar en si estamos en el momento adecuado para no darle las sobras de nuestro tiempo y energía, en si también podemos estar pendientes de sus cosas
Pero sabido es que hay un gran porcentaje de personas al margen de esta cuantía que trabajan muchas más horas, como muchos autónomos y personas sin contratos.
Una cifra alta si tenemos en cuenta que, para compaginar el tiempo de ocio, y las otras responsabilidades del día, quedan libres 16 horas, de las que, según los médicos, 7 u 8 son para dormir.
Teniendo en cuenta estos datos, parece evidente decir que apenas tenemos tiempo para dedicárselo a nuestras relaciones sentimentales, o al menos, para cuidarlas como nos gustaría.
Querer una relación o poder tenerla
Estar con alguien implica atención, cariño, cuidado y empatía. Y, sin tiempo, resulta difícil poder desprender energía en ello. Por eso, antes de tratar de gestionar los pocos ratos libres que tenemos con una pareja, Susana Ivorra, directora del centro de psicología y terapia de pareja Susana Ivorra, propone preguntarse primero si nos encontramos en un momento adecuado para tener una relación.
"Si eres quien está muy ocupado, ¿tienes realmente espacio en tu vida para el compromiso y cuidado que requiere una relación? Porque podemos estar ilusionados, enamorados, y pensar que no podemos dejar escapar esa oportunidad y persona; pero, ¿hemos pensado realmente si estamos dispuestos a reorganizar nuestras prioridades para hacerle espacio a ese vínculo?", lanza como reflexión la psicóloga.
Además, esta especialista también comenta un punto muy relevante: "Debemos pensar en si estamos en el momento adecuado para no darle las sobras de nuestro tiempo y energía, en si también podemos estar pendientes de sus cosas".
Cuestión de prioridades: buscar tiempo de calidad
Pero, ¿qué ocurre si somos la otra parte? ¿Si somos quienes acompañamos y adaptamos nuestra vida a la de alguien que apenas tiene espacio para la relación? Sobre esto, Susana Ivorra también invita a una reflexión importante: "Si eres la otra parte, entonces hay que ver si estás dispuesto, no sólo a compartir tu vida, sino a que gire en gran medida en torno a otra persona, y a ser quién reorganice sus rutinas y sus espacios con otras personas, para amoldarse".
Las prioridades se muestran en nuestras acciones, no en lo que pensamos o sentimos. Si la relación importa, será imprescindible encontrar momentos de calidad, practicar la escucha activa y estar atentos a las cosas importantes para el otro
A menudo, cuando nos enamoramos o nos ilusionamos con alguien, es fácil pasar por alto estos matices, convencidos de que todo podrá acomodarse de forma natural. Sin embargo, el día a día puede ser muy diferente, y las expectativas pueden llegar a jugarnos muy malas pasadas.
Por eso, como señala la experta, "es necesario revisar continuamente si el equilibrio que alcanzamos sigue sosteniéndose con nuevas situaciones. Los acuerdos a los que llegamos en un momento dado no son permanentes; deben ser revisados con frecuencia". Es decir, conviene preguntarse si la unión sigue estando en un espacio sano para ambos.
Por su parte, quien vive absorbido por compromisos laborales o personales debe recordar que las prioridades no se declaran de palabra, sino que se demuestran. "Las prioridades se muestran en nuestras acciones, en lo que hacemos, no en lo que pensamos o sentimos", apunta Susana Ivorra. De ahí, si la relación realmente importa, "será imprescindible encontrar momentos de calidad, practicar la escucha activa y estar atentos a las cosas importantes para el otro", como ella misma comenta.
En definitiva, una relación sana entre dos personas con ritmos de vida desiguales exige mucha más consciencia, ajustes constantes y, sobre todo, el compromiso genuino de querer sostener ese espacio común sin que ninguno de los dos deje de ser quien es. Que Kylie Jenner y Timothée Chalamet sigan juntos tiene mucho que ver con ello. Ella cuenta con tiempo, y él, siempre que puede, también se lo dedica a ella.
A veces nos empeñamos en sumergirnos en una relación, pero no nos encontramos en el momento más adecuado (y, por tanto, tampoco sano) para hacerlo. Y, aunque siempre es mejor tomar distancia de alguien, que hacer daño durante la relación (dejar ir, dicen, es una forma de querer), siempre podemos tratar de reorganizar nuestras prioridades.
No es fácil, pero la vida consiste en decidir, y aquí la responsabilidad es propia de cada uno. El amor y el trabajo pueden y deben ser compatibles, solo hace falta saber en qué parte del tablero nos encontramos, y tratar de encajar bien el puzzle. SI faltan piezas, entonces será imposible.