Te esfuerzas en cuidar lo que comes, intentas ser constante haciendo ejercicio, pero los resultados no son los que esperas. Quizá tienes que empezar a plantearte un factor más, y es que la clave no se limita solo a lo que comes o cómo te mueves, sino también a cómo duermes. Los expertos lo tienen claro: la calidad del sueño influye directamente en nuestro metabolismo, en la regulación de las hormonas del hambre y, en consecuencia, en nuestra capacidad para perder peso.
Por eso, dormir poco o mal puede sabotear tus esfuerzos, mientras que un descanso reparador podría ser el aliado silencioso que potencia tu bienestar. ¿Te has planteado si las horas que pasas en la cama son tan importantes como las que pasas en el gimnasio?
Cuando no descansamos bien, nuestro cuerpo tiende a ahorrar energía, ralentiza el metabolismo y dificulta la quema de grasa
Así nos afecta dormir mal
Una de las primeras cosas que tenemos que tener en cuenta, tal y como nos explica Elisa Blázquez, nutricionista clínica y directora del equipo de nutrición ‘Tu nutricionista integrativa’, es que dormir mal desequilibra nuestro metabolismo porque afecta a la regulación hormonal, el uso de la energía y la sensibilidad a la insulina. “Cuando no descansamos bien, nuestro cuerpo tiende a ahorrar energía, ralentiza el metabolismo y dificulta la quema de grasa. Además, una mala calidad del sueño puede generar inflamación de bajo grado, que también favorece la acumulación de grasa, especialmente abdominal”, comenta la experta.
Pero es que hay otro factor importante que debemos tener en cuenta: no solo no dormir afecta a la pérdida de peso, sino que dormir bien nos ayuda a perder peso. ¿El motivo? “El sistema inmunológico consume energía mientras dormimos para defendernos y esto ayuda a quemar nuestros depósitos de energía, la grasa”, nos cuenta.
El papel de las hormonas
Sabemos que las hormonas tienen un peso determinante en la salud femenina, pero nos planteamos en este caso concreto qué hormonas relacionadas con el sueño influyen en el apetito y el almacenamiento de grasa. Elisa Blázquez nos detalla que la melatonina, que regula el ciclo sueño-vigilia, también influye en la sensibilidad a la insulina y en cómo almacenamos grasa. Además, la grelina (hormona del hambre) aumenta cuando dormimos poco, mientras que la leptina (que genera saciedad) disminuye. “Este desequilibrio hormonal nos lleva a sentir más hambre y a tener más antojos, sobre todo de alimentos calóricos”, nos explica la especialista en Nutrición.
Dormir menos y comer peor, ¿hay relación?
Hay personas que apuntan que cuando duermen mal suelen tener tendencia a comer peor, les apetecen alimentos menos saludables. Por eso, una de las dudas que nos planteamos es si es cierto que dormir menos puede aumentar el deseo de consumir alimentos ricos en calorías y grasas. La experta nos confirma que así es. “La falta de sueño activa zonas del cerebro relacionadas con la recompensa y reduce el autocontrol, lo que hace que elijamos alimentos más calóricos, ricos en grasas y azúcares. Es una respuesta de supervivencia: el cuerpo busca obtener energía rápida para compensar el agotamiento”, argumenta la especialista.
La falta de sueño activa zonas del cerebro relacionadas con la recompensa y reduce el autocontrol, lo que hace que elijamos alimentos más calóricos, ricos en grasas y azúcares
La influencia del estrés
De lo que no cabe duda es de la relación que existe entre el estrés, el sueño y el aumento de peso. Son tres factores determinantes cuando se interrelacionan. “El estrés eleva los niveles de cortisol, una hormona que altera el sueño y favorece la acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal. Además, dormir mal nos hace menos capaces de gestionar el estrés, creando un círculo vicioso que afecta directamente al peso y al equilibrio emocional”, comenta Elisa Blázquez.
Consejos útiles para dormir mejor
Teniendo todos estos factores en cuenta, es el momento de actuar. Por eso, le preguntamos a la nutricionista clínica qué consejos prácticos puede ofrecer para mejorar la calidad del sueño y así favorecer la pérdida de peso. Nos los resume en los siguientes:
- Cenar temprano y ligero.
- Evitar pantallas dos horas antes de dormir.
- Mantener horarios regulares y crear una rutina relajante por la noche son claves.
- También recomienda evitar el alcohol y el exceso de cafeína.
- Es importante cuidar la microbiota intestinal, ya que esta influye en la producción de neurotransmisores que inducen el sueño.
- Y por supuesto, priorizar el descanso como parte fundamental de un estilo de vida saludable.