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Mujer con vientre plano© Getty Images

Rober Sánchez, divulgador: 'El aburrimiento al hacer ejercicio es un llamamiento del cuerpo, un toque de atención'

Hablamos con el experto, que pone en cuestión la forma tradicional de entrenamiento en su libro 'No hagas ejercicio. ¡Puedes moverte!'


24 de abril de 2025 - 12:48 CEST

Contar pasos cuando caminamos hacia la oficina, acudir puntuales a nuestra clase de GAP o Pilates... La actividad física se ha convertido en una rutina casi mecánica, una obligación más en la agenda. Pero, ¿y si el movimiento no fuera solo un trámite para estar en forma, sino una experiencia liberadora, creativa y placentera? El divulgador y educador del movimiento en adultos Rober Sánchez nos invita a replantear la relación con nuestro cuerpo, abandonando la rigidez de los entrenamientos convencionales, rutinarios, repetitivos, a veces aburridos, para descubrir una forma de moverse basada en la curiosidad y el disfrute. Su propuesta nos recuerda que no somos máquinas que ejecutan órdenes, sino seres capaces de explorar el movimiento desde la sensibilidad y la libertad. Sobre todo ello hemos podido hablar con él con motivo del lanzamiento de su libro No hagas ejercicio. ¡Puedes moverte!

Si empezamos por el título de su libro, sin duda puede parecer una pequeña provocación, pues anima a no hacer ejercicio, ¿no cree?

Absolutamente, si se mira como se acostumbra a mirar de forma habitual en la actualidad, con esa tendencia hacia la polarización agresiva. Lo cierto es que no van por ahí los tiros, sino que se trata de una invitación amable a mirar más allá del ejercicio físico, como decirle al interlocutor… “Espera, espera. No hagas ejercicio. ¿Te has dado cuenta de que puedes moverte? ¿De todas las posibilidades de movimiento que alberga tu cuerpo como para limitarte a un marco tan pobre y restringido? ¿Y si hubiera más opciones que las “convencionales”? ¿Y si tienes a tu alcance un abanico mucho más rico, diverso, estimulante que incluso te ayudaría a quitarte de encima tanta monotonía, tanto sacrificio, tanta disciplina…?”. 

Nos hemos movido durante más de 200.000 años como homo sapiens, basando nuestro movimiento en caminar, correr, saltar, equilibrarnos, gatear, trepar, lanzar… sin hacer nada de ejercicio aislado, parametrizado, programado

Rober Sánchez

¿Piensa que a la hora de evitar el sedentarismo, tenemos muchas opciones a nuestra disposición, no solo las que implican el ejercicio visto como un sacrificio?

Por supuesto. Solo hace falta ser consciente de dos cosas. Por un lado, tener presente de dónde venimos, cómo nos hemos movido durante más de 200.000 años como homo sapiens, basando nuestro movimiento en caminar, correr, saltar, equilibrarnos, gatear, trepar, lanzar… sin hacer nada de ejercicio aislado, parametrizado, programado.

Y por otro lado, observar la riqueza cultural a nuestra disposición en torno a la danza, las artes marciales y circenses, distintos métodos de movimiento somático y expresivo, nuevos deportes y disciplinas.

Si fuéramos conscientes del potencial y la riqueza que albergamos, y cuánto podemos disfrutar de ello desde la curiosidad y el interés por el propio movimiento, y no tanto desde el deber y la supuesta necesidad de ocuparnos y “cuidar” de nuestro cuerpo (él sabe cuidarse solito, siempre que se le estimule) como una obligación más, la motivación sería prácticamente infinita y no habría tanta fricción para la constancia.

Rober Sánchez, autor del libro 'No hagas ejercicio. ¡Puedes moverte!'© Cedida por el autor
Rober Sánchez, autor del libro 'No hagas ejercicio. ¡Puedes moverte!'

¿Qué te inspiró a escribir este libro y a desafiar la idea tradicional de "hacer ejercicio"?

Mi propia experiencia y la de mis alumnos y clientes. Con el tiempo me di cuenta de que “hacer ejercicio” parecía que nos beneficiaba cuando, en realidad, por muy en forma que estuviéramos no hacía más que reforzar el hecho de que nos moviéramos como autómatas, como Robocops, tanto metafórica como literalmente.

El ejercicio tiene sus beneficios, pero también sus perjuicios si no se acompaña y complementa con el estímulo hacia el desarrollo de la habilidad, la tarea de movimiento que tenemos entre manos.

Puedes estar muy fuerte, o ser muy flexible o resistente, pero, en el fondo, no saber expresarlo en forma de un salto, un giro, una carga, un equilibrio, un deslizamiento, un rodado. No me enseñes tus músculos; enséñame qué sabes hacer con ellos.

¿Qué les diría a quienes se aburren con las rutinas de entrenamiento clásicas?

Que estén tranquilos. Es normal que se aburran ante tanta monotonía y pobreza. El aburrimiento es un llamamiento del cuerpo, un toque de atención: “¡Eh, tú! ¿Sabes que puedo hacer más movimientos que sentadillas y planchas abdominales?”.

Y que se den permiso para salir de esa jaula y vean que tienen a su disposición todo un universo por descubrir, explorar, con el que jugar, trastear, curiosear como hemos hecho cualquiera de nosotros de pequeños hasta que se nos impusieron marcos, normas, disciplinas, expectativas, juicios, y los resultados y objetivos que debíamos (de deber) perseguir para encajar en unos estándares sociales determinados.

La necesidad y deber de “hacer ejercicio” es una gran mentira. No es cierto por definición. La única necesidad biológica del ser humano es el movimiento. 

¿Es la pereza uno de los mayores enemigos que debemos vencer a la hora de mantenernos activos?

Si lo observas como una obligación, un deber, una cosa más a tachar de tu lista de tareas pendientes, sí, es uno de los obstáculos a sortear debido a la programación biológica que hemos heredado y compartimos con todos los seres vivos, que nos empuja a ahorrar el máximo de energía posible y no gastarla a no ser que esté justificado para la supervivencia de manera inmediata.

Pero si lo miras como lo que es hoy en día, que la gran mayoría de nuestras necesidades básicas están cubiertas y casi todos nuestros miedos son a futuro, el movimiento rico y diverso se ha convertido en una posibilidad y, sin ponernos demasiado románticos, diría que un regalo. Aprovecharlo, respetarlo, honrarlo está en nuestras manos todos los días.

Puedes estar muy fuerte, o ser muy flexible o resistente, pero, en el fondo, no saber expresarlo en forma de un salto, un giro, una carga, un equilibrio, un deslizamiento, un rodado

Rober Sánchez

¿Cuáles diría que son las características de las rutinas tradicionales de entrenamiento que nos hacen caer en la desmotivación en muchas ocasiones?

La repetición lineal exhaustiva, el sinsentido (la falta de conexión directa con una expresión de movimiento, una habilidad, una tarea), el automatismo, el maquinismo post-industrial que promueve “ejercitarnos” para producir unos resultados concretos que transforma el movimiento en un deber, una serie de órdenes y pautas que tenemos que obedecer para seguir alimentando la (in)cultura del rendimiento y el cansancio. Imagínate “tener que” ir al gimnasio 3 días a la semana a repetir los mismos ejercicios (que ni te van ni te vienen) durante toda tu vida.

Ha hablado en alguna ocasión de salir de 'la jaula del fitness y el deporte', ¿cuáles son las claves para conseguirlo?

  • Primero, darse cuenta de que existe, de que vivimos entre esos cuatro barrotes. A veces cuesta, nos resistimos.
  • Segundo, abrir la puerta y tener el coraje de sacar un pie fuera. Muchas veces el pájaro lleva tanto tiempo enjaulado que no se atreve ni a salir, a pesar de poder hacerlo.
  • Y tercero cambiar diametralmente el enfoque, dejar de pensar tanto en lo que tengo que, debo o necesito hacer.

¿Qué posibilidades tengo a mi disposición como cuerpo? ¿Cómo podría moverme más rico, diverso,  inteligente? ¿Y cómo QUIERO moverme?

¿A quién va especialmente dirigido su libro?

A todo el mundo que tenga especial interés en su propio movimiento, en su propia vida como individuo, lejos de estándares culturales, cánones sociales. A cualquier persona que no tenga miedo de curiosear, jugar, explorar fuera de lo que las autoridades nos dicen que tenemos que hacer para ser “buenos ciudadanos”. Y a todos aquellos que, incluso esforzándose, no han logrado conectar con el ejercicio físico convencional. No pasa nada. Es normal que no encuentres conexión. Es un sinsentido. Eso no es movimiento y tú sí lo eres.

En líneas generales, todo ejercicio es lineal, repetitivo, pobre y restringido en un recorrido de movimiento acotado, corto

Rober Sánchez

¿Cuáles son los mayores mitos sobre el ejercicio físico que deberíamos desmontar?

Probablemente, aparte del error garrafal de concebirlo como necesidad y única alternativa, la dependencia que tenemos hacia los programas, las estructuras, las normas “técnicas” y cualquier tipo de conceptualización que se pueda medir.

Al hacerlo, nos dejamos fuera aspectos tan importantes de nuestro movimiento como la conciencia, la intención, la continuidad, la fluidez, la intuición o la creatividad. Pero claro… ¿Cómo medimos todo eso? ¿Y cómo lo encajamos en un entorno parametrizado, de laboratorio, para medir el rendimiento?

Históricamente, hasta hace muy poco tiempo, ningún ser humano necesitaba manejar su movimiento mediante normas y métricas, y aquí estamos todos. Si no fuera posible, la evolución nos habría borrado del mapa, nos habríamos extinguido hace mucho tiempo.

¿Cómo defines la diferencia entre "moverse" y "hacer ejercicio"? ¿Por qué es importante esta distinción?

Las diferencias radican tanto en el qué como en el cómo, en los propios movimientos que realizamos con en las maneras de ejecutarlos. En líneas generales, todo ejercicio es lineal, repetitivo, pobre y restringido en un recorrido de movimiento acotado, corto. Mientras, el movimiento gira en torno a la circularidad, la diversidad, la variabilidad, la riqueza y la amplitud de los recorridos y trayectorias. Si a eso le sumamos el cómo, la manera de movernos (y no ejercitarnos), mucho más consciente, intencionada, sutil, profunda, el escenario cambia por completo.

No somos máquinas en una cadena de montaje; somos seres humanos sensibles, inteligentes y creativos.

Portada del libro 'No hagas ejercicio. ¡Puedes moverte!'

¿Qué consejos prácticos das en el libro para integrar el movimiento en la vida diaria sin necesidad de seguir rutinas estrictas?

Son muchos. Todo empieza por la conciencia, darse cuenta de lo que estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo y qué promueve a futuro. Ese darse cuenta en el instante presente te empuja a parar y romper inmediatamente con la acumulación de sedentarismo que seguramente arrastras en un momento del día.

Justo en ese instante, las opciones para integrar un par de movimientos, siempre que hayas practicado intencionadamente, son infinitas y mucho más ricas que “hacer snacks de ejercicio”, como se ha puesto de moda últimamente. 

¿Cómo ves el futuro del movimiento y la actividad física en una sociedad cada vez más sedentaria?

Las tendencias sociales se están polarizando. Por un lado, para todas aquellas personas que pierdan la conexión con la realidad y las posibilidades de su cuerpo, el sedentarismo todavía se exagerará más. Por otro lado, aquellas que sí mantengan cierta conexión irán ganando cada vez más y más conciencia, y el cambio de paradigma hacia la cultura del movimiento se irá imponiendo por sí solo.

Está cayendo por su propio peso. La propuesta convencional de ejercicio, en términos de adherencia a largo plazo, está fracasando. Los académicos ya no saben qué inventarse para conseguir que cale. Por mucho que insistan en los beneficios para la salud, al estar desprovisto de conexión y sentido real de movimiento, la cosa no cuaja.

Poco a poco, habrá más interés en explorar todas nuestras posibilidades, sin necesidad de intervenir demasiado. Es lo natural y seguirá emergiendo de manera espontánea. No hace falta tirar del arroz para que crezca.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

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