Ir al contenido principalIr al cierre de página
Mujer joven tomando suplementos© Getty Images

Suplementos

El suplemento que te ayuda a eliminar los gases, reduce la hinchazón y mejora tu digestión

En algunos casos, el vientre hinchado, las flatulencias y el malestar se deben a la incapacidad del intestino por digerir la lactosa Pero muchos alimentos, más de los que crees, la contienen. Por ello, este suplemento puede ayudarte a evitar la distensión abdominal y los gases


15 de abril de 2025 - 18:00 CEST

Gases, hinchazón, molestias digestivas, diarrea y, en casos más graves, vómitos, son los síntomas más comunes y característicos de la intolerancia a la lactosa, un trastorno que consiste en la incapacidad de digerir el azúcar presente en los productos lácteos. Este trastorno afecta principalmente a personas con bajos niveles de lactasa, la enzima responsable de descomponer la lactosa en el intestino. La mala noticia es que cada vez hay más casos. La buena es que hay solución. De hecho, hay suplementos que te permiten asistir a una comida o cena sin restricciones y sin miedo a las consecuencias si has tomado consciente o no alimentos con lactosa. Pero antes veamos por qué aumenta el número de afectados.

Por qué aumenta la intolerancia a la lactosa

En los últimos años, se ha disparado el número de diagnósticos por intolerancia a la lactosa en España. Este fenómeno no responde únicamente a un aumento real de casos, sino también a un mayor acceso a las pruebas diagnósticas, que hoy son más rápidas, asequibles y fiables.

Además, hay una creciente concienciación sobre la salud digestiva, pero también un gran impacto de determinados alimentos y hábitos en nuestro bienestar digestivo. De hecho, nuestro estilo de vida moderno, con una alimentación rica en ultraprocesados, estrés continuo y uso frecuente de antibióticos, ha debilitado el equilibrio intestinal y contribuido al desarrollo de intolerancias alimentarias.

Es el caso de la intolerancia a la lactosa que, como decíamos, es un azúcar que está presente en la leche y sus derivados y que necesita de una enzima específica, la lactasa, para ser digerida correctamente. Cuando el organismo no produce suficiente cantidad de esta enzima, aparecen síntomas como gases, hinchazón abdominal, espasmos, diarrea o náuseas, entre 15 minutos y 2 horas después de consumir productos lácteos.

La intolerancia a la lactosa no solo afecta al sistema digestivo, también condiciona muchas decisiones cotidianas y puede generar un impacto emocional considerable

Dra. Gabriela Pocoví, médico y nutricionista

Cómo afecta a la vida diaria

Según un estudio reciente elaborado por Laboratorios Salvat y la Asociación de Intolerantes a la Lactosa de España (ADILAC), más del 80% de quienes sufren esta intolerancia ven afectada su calidad de vida. El 90% ha dejado de pedir postres en restaurantes, el 68% ha eliminado el café con leche de su rutina matinal, el 70% duda a la hora de pedir comida a domicilio y el 60% ha reducido sus salidas a comer o cenar fuera.

“La intolerancia a la lactosa no solo afecta al sistema digestivo, también condiciona muchas decisiones cotidianas y puede generar un impacto emocional considerable”, explica la doctora Gabriela Pocoví, médica y nutricionista especializada en salud pública. “Afortunadamente, existen herramientas para volver a vivir con normalidad sin tener que evitar todos los lácteos”.

Un suplemento que ayuda a digerir la lactosa, previene los gases y la hinchazón

Entre las opciones más eficaces para aliviar los síntomas de esta intolerancia están los suplementos elaborados a base de lactasa. Este tipo de producto actúa como un apoyo puntual para facilitar la digestión de la lactosa en el intestino delgado, compensando así el déficit natural de la enzima.

Este tipo de soluciones permite a muchas personas recuperar la tranquilidad de comer fuera de casa, improvisar sin miedo y disfrutar de alimentos que antes les provocaban malestar

Isabel Alarcón Herranz, médico

Su uso es sencillo: basta con tomar el suplemento poco antes de ingerir productos lácteos. De esta forma, se minimizan los efectos secundarios más comunes, como los molestos gases, la distensión abdominal o los calambres digestivos.

Además, existen distintas presentaciones y concentraciones que se adaptan al grado de intolerancia de cada persona. Algunas fórmulas, por ejemplo, tienen una liberación prolongada de hasta seis horas, lo que permite una mayor protección durante comidas más largas o eventos sociales.

“Este tipo de soluciones permite a muchas personas recuperar la tranquilidad de comer fuera de casa, improvisar sin miedo y disfrutar de alimentos que antes les provocaban malestar”, afirma la doctora Isabel Alarcón Herranz, Head of Medical Affairs de Laboratorios Salvat. 

Otro tratamiento innovador contra la intolerancia a la lactosa

Más allá de la dieta y los suplementos, la ciencia está empezando a investigar otras vías menos conocidas para tratar los síntomas molestos de la intolerancia a la lactosa. Una de ellas es la neurología funcional, un enfoque terapéutico que busca mejorar la comunicación entre el sistema nervioso y el cuerpo.

Un reciente estudio realizado por NeuroReEvolution en colaboración con la Universidad Europea ha demostrado que esta disciplina puede aliviar de forma significativa los síntomas de la intolerancia a la lactosa. En la investigación, una paciente con síntomas severos mostró mejoras notables tras una única sesión, reduciendo episodios de diarrea y dolor abdominal.

“La neurología funcional combina técnicas neurológicas clásicas con estímulos físicos y sensoriales que buscan restablecer funciones alteradas del sistema nervioso”, explica Vicente Javier Clemente Suárez, profesor de Nutrición en la Universidad Europea. “La intolerancia puede no estar causada únicamente por una deficiencia enzimática, sino por una disfunción en la respuesta neurológica del organismo ante determinados alimentos”.

Durante una sesión de neurología funcional se evalúan reflejos, reacciones motoras, equilibrio y otros parámetros neurológicos. A partir de ahí, el terapeuta diseña un plan que puede incluir ejercicios físicos, técnicas de estimulación visual o auditiva, e incluso estrategias para corregir reflejos desajustados.

Aunque los resultados clínicos preliminares son esperanzadores, Clemente subraya que aún es necesario ampliar la muestra de pacientes y realizar seguimientos a largo plazo. “Este enfoque puede suponer un cambio de paradigma en el tratamiento de muchas intolerancias alimentarias, pero debemos seguir investigando para entender bien sus mecanismos y límites”.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

Image

¡Tu vida más sana empieza hoy! Suscríbete a la newsletter y recibe gratis las recomendaciones de nutrición, ejercicio y hábitos saludables de nuestra experta.

Al registrar tu dirección de email, reconoces haber leído y aceptas la política de privacidad de ¡HOLA!