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Mujer frotándose el talón © Getty Images

Consejos de salud

Este es el síndrome que puedes padecer si te duele mucho el talón del pie

Se trata de una afección que provoca un dolor intenso, enrojecimiento e inflamación. Si te pasa, ve pronto al podólogo porque si persiste puede cronificarse y es más difícil de tratar 


15 de abril de 2025 - 16:06 CEST

El dolor de talón es una de las molestias más frecuentes que llevan a muchas personas a acudir al podólogo. En ocasiones, este dolor no es fruto del cansancio o de una mala pisada puntual, sino de un problema más complejo: el Síndrome de Haglund. Según ha informado el Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV), se trata de una patología que requiere atención podológica y que, si no se trata a tiempo, puede afectar de forma seria a la calidad de vida.

Dolor intenso e hinchazón

El Síndrome de Haglund se manifiesta con un dolor intenso en la parte posterior del talón, enrojecimiento, hinchazón, y, en muchos casos, la aparición visible de un bulto sobre el hueso calcáneo. Además, suele acompañarse de rigidez en la flexión del pie, necesidad constante de descalzarse y una mayor molestia al correr, subir escaleras o pendientes.

“Es una combinación de tres patologías: una tendinitis aquílea, una bursitis retrocalcánea (inflamación de una bolsa situada entre el hueso y el tendón) y una deformidad ósea que genera un crecimiento anormal, aunque benigno”, explica Jorge Escoto, podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV.

¿Por qué aparece esta dolencia?

Aunque muchas personas no han oído hablar nunca del Síndrome de Haglund, no se trata de una afección tan infrecuente. De hecho, es común que aparezca en estos casos: 

  • El uso habitual de calzado muy ajustado en la parte trasera del pie o con tacón elevado.
  • Practicar deportes de impacto como running, fútbol, atletismo o baloncesto.
  • Tener alteraciones biomecánicas como el pie cavo.
  • Sufrir un acortamiento del músculo tríceps sural, que conecta la parte posterior de la pierna con el talón.
amigas caminando con tacones altos© Getty Images

¿Son culpables los tacones?

Como vemos, uno de los aspectos que hay que destacar del Síndrome de Haglund es su relación directa con el tipo de calzado que utilizamos. El zapato de tacón alto, tan habitual en los armarios femeninos, puede convertirse en un enemigo silencioso para la salud del pie si se usa de forma continuada. Al elevar el talón, se incrementa la presión sobre el tendón de Aquiles y la parte posterior del calcáneo, favoreciendo la aparición de esta dolencia.

No se trata solo del tacón, sino de cómo ajusta el zapato en la parte trasera. Un calzado que presiona en exceso esa zona puede provocar una fricción continua que da lugar a esta patología”, aclara el experto. Asimismo, indica que es más común en hombres y mujeres de mediana edad, especialmente en aquellas personas que usan tacones altos o hacen deporte de forma frecuente.

Cómo aliviar el dolor y evitar que vaya a más

Es recomendable actuar ante los primeros síntomas, para que el dolor no vaya a más. Para ello, el experto recomienda:

  • Usar calzado que se ajuste correctamente al ancho del pie y no tenga un tacón superior a los 3 cm.
  • Aplicar hielo en la zona afectada para reducir la inflamación.
  • Acudir a un podólogo para una valoración biomecánica y recibir un tratamiento personalizado.

“En una fase muy incipiente del síndrome, podemos optar por pautar soportes plantares personalizados para compensar la alteración biomecánica que genera la aparición de la enfermedad. Además, también podemos recomendar ejercicios y estiramientos locales para favorecer la descarga y flexibilidad de la zona calcánea”, señala Jorge Escoto.

Asimismo, en algunos casos puede ser necesario diseñar almohadillas específicas que alivien la presión en el talón y permitan caminar o practicar deporte con menos dolor.

mujer con dolor de pies sentada en el sofá© Adobe Stock

Tratamientos más avanzados cuando el dolor persiste

Cuando el problema no se detecta a tiempo o los síntomas son persistentes, el tratamiento puede requerir otro tipo de intervenciones.

Entre los tratamientos más avanzados para abordar el Síndrome de Haglund se encuentran las ondas de choque, una técnica no invasiva que estimula la regeneración del tendón de Aquiles y contribuye a reducir la inflamación. También pueden prescribirse fármacos antiinflamatorios para aliviar el dolor, y, en casos donde la inflamación está muy localizada y resulta especialmente resistente, se recurre a infiltraciones peritendinosas.

En situaciones más graves, cuando el abordaje conservador no resulta eficaz, puede ser necesario recurrir a la cirugía para eliminar la deformidad ósea y tratar el origen del problema. Ante cualquier dolencia en el pie, es fundamental acudir a profesionales cualificados con la formación adecuada y colegiado puede garantizar un diagnóstico y tratamiento seguros. 

¿Puedo prevenir el Síndrome de Haglund?

La buena noticia es que sí, se puede prevenir. Aunque no siempre es posible evitar por completo esta dolencia, sobre todo si existe una predisposición biomecánica, cuidar el tipo de calzado que usas y hacer estiramientos adecuados puede marcar una gran diferencia.

Optar por zapatos cómodos, que respeten la forma natural del pie y no sobrepasen los tres centímetros de tacón, es una primera medida muy efectiva. Además, si haces deporte, es recomendable realizar estiramientos regulares del tendón de Aquiles y del tríceps sural, y consultar con un podólogo si notas cualquier cambio en tu forma de pisar.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

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