¿Te sientes desbordada cuando hay mucho ruido o demasiada gente? ¿Te cuesta decir que no aunque estés agotada? ¿Te afecta más de la cuenta lo que les ocurre a los demás? ¿Te agobian las conversaciones superficiales y necesitas momentos de calma para recuperarte? Es posible que tengas un rasgo de personalidad llamado alta sensibilidad (PAS). Le ocurre a una de cada cuatro personas y se manifiesta a través de una mayor intensidad emocional y sensorial. Esto puede provocar bloqueos, estrés o saturación cuando no se conocen herramientas para regularlo. Son personas con una empatía muy desarrollada, con una fuerte tendencia a cuidar de los demás, lo que a menudo las lleva a exigirse demasiado y a sentirse culpables si no llegan a todo. La psicóloga Anna Romeu, especializada en acompañamiento a personas altamente sensibles y en educación emocional, y autora del libro 'Soy sensible. Aprende a convivir con la alta sensibilidad', nos explica qué significa realmente ser PAS y cómo podemos vivir mejor con este rasgo.
Con los años descubrí el rasgo de personalidad de la alta sensibilidad y me di cuenta de que muchas de esas personas que había visitado en el pasado eran PAS que no vivían de acuerdo con su manera de ser, y eso las hacía infelices
Como psicóloga, ¿cuándo empezaste a darte cuenta de que muchas personas que acudían a tu consulta presentaban rasgos de alta sensibilidad?
Hace 25 años que trabajo en consulta y casi desde el principio me he encontrado con personas que no encajaban exactamente en los criterios de los manuales diagnósticos pero que mostraban síntomas de malestar emocional profundo. El problema era que tampoco les funcionaban la mayoría de los tratamientos psicológicos o psiquiátricos que seguían, porque continuaban experimentando los mismos síntomas y malestares, pero no había ninguna explicación para ellos. Con los años descubrí el rasgo de personalidad de la alta sensibilidad y me di cuenta de que muchas de esas personas que había visitado en el pasado eran PAS que no vivían de acuerdo con su manera de ser, y eso las hacía infelices.
¿Qué te impulsó a escribir Soy sensible y qué necesidad concreta viste en tus pacientes para crear esta guía práctica?
La intención de Soy sensible es sobre todo la de dar a conocer el rasgo, de normalizar una manera de ser que no siempre ha encajado con la mayoría de las personas que no son altamente sensibles, dar a las PAS una fuerza personal que las impulse a respetarse y proporcionarse lo que necesitan.
Los libros sobre personas altamente sensibles que había hasta ahora en el mercado eran muy densos y técnicos, así también me lo transmitían mis pacientes cuando les recomendaba que leyeran sobre el tema, y vi que eran difíciles de leer para la mayoría de las personas. Mi intención es llegar al máximo de personas posible y explicar qué es la alta sensibilidad de una forma clara y fácil de entender.
En tu experiencia clínica, ¿cuáles son los síntomas o comportamientos más frecuentes que presentan las personas altamente sensibles cuando llegan a consulta?
Una PAS llega a consulta generalmente con muchas manifestaciones de estrés, ansiedad y síntomas depresivos. Estas son las señales principales de saturación, uno de los pilares que define la alta sensibilidad. Cuando una persona con alta sensibilidad se somete a demasiada estimulación sensorial y/o emocional, llega a un punto de saturación que, si se mantiene constante durante un tiempo, puede conllevar problemas psicológicos como los que mencionaba.
Una de las tareas más reconfortantes para mí es explicar lo que les está pasando, que ellos se vean identificados con lo que les transmito, y que después podamos trabajar para realizar los cambios necesarios para que su vida sea más plácida.
Mostrar tu sensibilidad abiertamente muchas veces te hace más fuerte, porque eres consciente de lo que está pasando en tu interior y puedes afrontarlo con mejores herramientas
¿Cómo diferencias en terapia a una persona con alta sensibilidad de alguien con un trastorno de ansiedad o una tendencia al sufrimiento emocional elevado?
En primer lugar, si sospecho que una persona puede ser altamente sensible, les pido que realicen el test de alta sensibilidad, eso es lo primero. Pero hay que aclarar que ser PAS no te exime de tener problemas o trastornos psicológicos, ni de personalidad ni del desarrollo. Una cosa es la manera como uno sea, su personalidad, y otra son trastornos mentales, no son mutuamente excluyentes. Cada persona tiene su propia personalidad, que es el conjunto de rasgos combinados entre ellos y en diferentes niveles, y además algunas personas pueden tener problemas de salud mental transitorios o crónicos.
¿Crees que existe una visión errónea o simplificada de lo que significa ser PAS? ¿Qué mitos intentas desmontar en el libro?
Sí, efectivamente, te agradezco mucho esta pregunta. Las PAS son calificadas sobre todo de débiles, a veces incluso incapaces, porque muestran alta reactividad emocional sobre todo. Esto hace que se les ponga muchas etiquetas, como la de “llorona” o “débil”, cuando en realidad no tiene nada que ver una cosa con la otra. De hecho, mostrar tu sensibilidad abiertamente muchas veces te hace más fuerte, porque eres consciente de lo que está pasando en tu interior y puedes afrontarlo con mejores herramientas. En realidad, esto te hace más fuerte.
Otra de las calificaciones erróneas que se les da a las PAS es la de “maniáticas”. Normalmente es por la alta reactividad sensorial, ya que pueden molestarles ruidos, olores o tonos de voz que a la mayoría de la gente no le provocan tanto malestar. No es justo, no se quejan a propósito ni para molestar a nadie, al contrario, expresan exactamente cómo perciben la realidad.
Pero no todas las etiquetas son negativas; las PAS a menudo son percibidas como “brujitas”, porque tienen mucha intuición y parece que adivinen cosas, o personas que enseguida conectan con los demás, que hacen sentir bien a quien les rodea. Por su alta empatía les es fácil ponerse en el lugar del otro y poder proporcionarle lo que necesita. Esto tiene muchas repercusiones y sería un tema muy largo de hablar aquí, pero también hay que mencionar los “superpoderes” de las PAS, con los que muchas hemos construido un trabajo (siempre he reconocido que ser PAS me ha facilitado mucho mi trabajo como psicóloga).
Vivimos en una sociedad en la que se premia cierto tipo de personalidad, como ser extrovertido o sociable, y se castigan las personalidades opuestas
Muchas personas con alta sensibilidad viven con una sensación crónica de saturación o bloqueo emocional. ¿A qué se debe esta sobrecarga tan habitual y cómo se puede prevenir?
Es cierto que existen muchas PAS que viven demasiado tiempo, a veces toda una vida, en una situación de saturación, y es una lástima. En general suele ser debido a que no se les ha respetado su rasgo ni se les ha acompañado correctamente en su crecimiento. Si constantemente recibes el mensaje de que no te esfuerzas suficientemente, que tienes demasiadas manías, que siempre estás quejándote o llorando, etc., al final asumes que el problema eres tú y que tienes que convertirte en otra persona. Que tienes que aguantar. Y de ahí a la saturación hay un camino muy corto.
En definitiva, estamos hablando de una situación de desinformación y poco respeto por una manera de ser. Vivimos en una sociedad en la que se premia cierto tipo de personalidad, como ser extrovertido o sociable, y se castigan las personalidades opuestas, como si ser introvertido, poco sociable o poco buscador de sensaciones fuera un problema, no está tan bien visto. Es muy injusto, y con la alta sensibilidad pasa lo mismo. Entonces las personas con una personalidad “poco popular” o no tan bien vista, intentan ser de otra manera, no se respetan por como son.
¿Cómo afecta la alta sensibilidad a la autoestima y a la autoimagen de quienes la presentan?
No hay diferencias con las personas con sensibilidad normal, en realidad. Todo depende de cómo hayas crecido, de los inputs que hayas recibido durante tu infancia sobre todo, de hasta qué punto te han respetado en tu manera de ser.
Las personas altamente sensibles que han sido bien acompañadas en su crecimiento suelen ser personas más resilientes, con mejor autoconcepto y más autoestima que las personas con una sensibilidad normal. Esto es algo que voy a agradecer eternamente a mis padres, que sin saber nada de lo que estamos hablando ahora nosotras, me educaron con total respeto y cariño a mi manera de ser, sin juzgarme y permitiéndome ser quien soy yo. Esto me ha permitido crecer y ser una adulta con mucha seguridad personal y viviendo su alta sensibilidad con alegría. Espero poder transmitir el mismo regalo a mis hijos, sean como sean.
El perfeccionismo, la autoexigencia y la culpa son rasgos comunes entre las personas PAS. ¿Qué relación tienen con la sensibilidad y cómo se abordan en terapia?
Muy cierto. La alta sensibilidad se asocia a un alto grado de perfeccionismo y autoexigencia, que también puede llevar a la saturación. Las PAS captan más información del entorno y de su propio interior, lo que les lleva a tener sensaciones y emociones más intensas; entonces, el hecho de captar también lo que es mejorable hace que tengas el impulso de arreglarlo, de mejorarlo. Es difícil ver un cuadro torcido y no moverlo, para que me entiendas. Otra cosa sería no verlo. Llevado a un alto grado de percepción, las PAS ven muchas cosas mejorables, no lo pueden evitar, así que el impulso es a mejorar eso que no está del todo bien, a esforzarse para que todo esté como tiene que estar para quedarse tranquilas. Pero eso significa que constantemente están intentando mejorar todo lo que ven, lo cual es fácil que pueda llevarlas a la saturación y a un bucle eterno de insatisfacción.
Mirado así, está claro que el trabajo consiste en dejar de estar siempre pendiente de lo que se puede mejorar y aprender a tolerar las sensaciones de malestar que conlleva el hecho de dejar algo bien, aunque no perfecto.
Ser PAS te obliga a trabajar en ti misma constantemente para poder llegar a un buen nivel de bienestar
¿Qué herramientas o técnicas has comprobado que son más eficaces en consulta para ayudar a las personas PAS a autorregularse y vivir con mayor serenidad?
Para mí la gran herramienta es el mindfulness. Ha sido mi salvación en muchas ocasiones y desde hace años practico mindfulness a diario. Lo mismo les sucede a los pacientes a quienes introduzco en esta técnica milenaria de consciencia plena que nos lleva a no juzgar ni dejarnos llevar por todos nuestros pensamientos que muchas veces son interferencias que solo nos traen malestar.
Además de la consciencia plena, es importante también mejorar aspectos propios como la gestión emocional y el autoconcepto, y aspectos relacionales como la asertividad y la práctica de límites.
Ser PAS te obliga a trabajar en ti misma constantemente para poder llegar a un buen nivel de bienestar.
¿Qué papel juega la psicoeducación en el abordaje de la alta sensibilidad? ¿Sientes que muchas personas se alivian simplemente al entender lo que les ocurre?
Totalmente. Es mágico, ese momento en el que una persona que ha acudido a mí con un malestar profundo, pensando que tiene un problema, o que es un problema en ella misma, descubre que no, que simplemente tiene un rasgo de personalidad que requiere cierto respeto hacia sí misma, porque no es mayoritario.
El camino que se sigue generalmente es el que he descrito como las 4 tareas de las PAS: informarse sobre el rasgo, en primer lugar. Reescribir tu pasado con otra mirada, más amable y respetando tu rasgo de personalidad, adaptar tu vida presente a tu manera de ser, para proporcionarte el máximo de bienestar posible son las que vienen a continuación. Y, finalmente, buscar más personas como tú, para sentirte “normal”.
En el libro dedicas un espacio a las relaciones personales. ¿Qué dificultades suelen tener las personas altamente sensibles en sus vínculos y cómo se pueden trabajar?
Las PAS poseen una capacidad de empatía más alta que las personas con una sensibilidad normal, así que fácilmente pueden caer en trampas como la complacencia o la dificultad en poner límites. Todo esto va unido a una tendencia a evitar el conflicto, ya que gestionar el malestar que conlleva tener un conflicto con otra persona es un trabajo arduo para una persona que siente más intensamente.
Si unimos los dos conceptos, la tendencia a evitar los conflictos por un lado, y la complacencia o la dificultad para poner límites por otra, derivadas de una alta empatía y capacidad para ponerse en el lugar del otro, detectar qué es lo que le pasa y lo que necesita, podemos imaginar que la gran dificultad es pararte a ti misma y no hacer nada con todo lo que está pasando en tu interior. Porque lo rápido y fácil para una PAS es poner al otro por delante y olvidarse de sus propias necesidades, evitar la culpa o la necesidad de cuidarse a sí misma para ocuparse antes de las personas de su entorno. El problema de todo esto es que tienden a olvidar sus propias necesidades, cosa que inevitablemente nos lleva a la frustración.
Las relaciones personales ocupan mucho espacio en las reuniones de PAS e incluso en las terapias de acompañamiento.
Es cierto que te obliga a trabajar más intensamente en tu autoconocimiento y que a veces la intensidad emocional o sensorial pueden jugarte malas pasadas, pero en realidad es un privilegio vivir la vida con ojos de PAS, yo no lo cambiaría por nada.
Soy sensible también se dirige a familias con niños PAS. ¿Qué señales pueden ayudar a detectar este rasgo en la infancia y qué errores conviene evitar al educar a un niño sensible?
En mi opinión, hay dos sectores en los que es especialmente importante divulgar el rasgo de alta sensibilidad: uno es el ámbito clínico y de salud, no solo en salud mental sino también salud física. Y el otro es en los entornos educativos. En los talleres y charlas que ofrezco a profesores y educadores les explico que una vez han detectado a los niños altamente sensibles en sus aulas, probablemente no tienen que hacer ningún esfuerzo más que el de respetar sus necesidades y acompañarles en el descubrimiento de su manera de sentir el mundo.
Las familias también deben conocer el rasgo de alta sensibilidad, para poder hacer lo mismo, ofrecer a los PAS un crecimiento respetuoso con su manera de ser, de forma que lleguen a ser adultos que se conozcan y puedan proporcionarse lo que necesitan para estar bien.
Los niños con alta sensibilidad son niños muy curiosos, atentos al ambiente en el que se encuentran, que preguntan mucho y se fijan en todo lo que sucede a su alrededor. Suelen ser creativos e imaginativos, aunque si no es que son bastante sociables, la mayoría vive en su mundo interior, que es muy rico.
Una tarea pendiente es la de no confundirles con niños con trastornos como el TDAH o TEA. Es fácil que un niño altamente sensible en un momento de saturación o que sea más bien introvertido o poco sociable pueda mostrarse como alguien con problemas de salud mental. Es necesario hacer una buena exploración de los niños que presentan síntomas compatibles con neurodivergencias o trastornos de la infancia para descartar que lo que se observa en su comportamiento no sea simplemente alta sensibilidad mal atendida o en un momento de estrés muy alto.
Desde tu punto de vista profesional, ¿la alta sensibilidad puede convertirse en un recurso positivo y no solo en una fuente de sufrimiento?
Por supuesto; la alta sensibilidad es, como dijo Elaine Aron, la psicóloga que primero lo describió y que más ha investigado sobre el tema, un don. El don de la alta sensibilidad. Es cierto que te obliga a trabajar más intensamente en tu autoconocimiento y que a veces la intensidad emocional o sensorial pueden jugarte malas pasadas, pero en realidad es un privilegio vivir la vida con ojos de PAS, yo no lo cambiaría por nada.
¿Has notado un aumento del interés por la alta sensibilidad en los últimos años? ¿Crees que estamos aprendiendo a mirarla con más respeto y comprensión?
Creo que sí. Cada vez hay un cuerpo de investigación más grande sobre el tema y se están publicando más libros, se habla más sobre la alta sensibilidad. Espero que todo ello comporte un conocimiento más amplio y general sobre el rasgo, y que se comprenda mejor a las personas que lo tenemos. Todavía queda mucho camino por recorrer en su divulgación, pero pienso que el rasgo de personalidad de la alta sensibilidad cada vez es más conocido y respetado a nivel social. Nuestra sociedad necesita a las PAS.