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dos amigas haciendo turismo© Adobe Stock

Rebeca Cáceres, psicóloga: 'Viajar con amigas puede ser muy terapéutico porque nos permite salir del piloto automático'

Las escapadas con un grupo de amigas pueden aportarnos un bienestar emocional muy necesario


11 de abril de 2025 - 12:49 CEST

‘Chicas, no veo el momento de que llegue el viernes…’ . ‘¡Es ya, es ya!’. ‘¿Vais a meter ropa de abrigo por si acaso?’. '¿Habéis revisado a qué hora eran los billetes?'…  Los mensajes echan humo en un grupo de whatsapp de amigas. Han logrado (por fin) cuadrar agendas y organizar una escapada juntas. Lo necesitan. Se lo merecen. Desde que monten en el tren hasta que vuelvan de regreso a casa tendrán la oportunidad de compartir tiempo de calidad juntas. Salir de la rutina, cambiar de escenario y disfrutar de sobremesas, paseos, momentos en los que hablar de tantas cosas con calma… Pese a todo, seguro, se quedarán con ganas de más. ‘Los viajes con amigas deberían ser recetados por el médico’, coinciden en afirmar cuando regresan a la rutina. ¿Por qué nos hacen tanto bien?

Viajar con amigas, una opción terapéutica

Las amigas curan, son medicina. Sí, son frases que tal vez suenen a lema en una taza, pero lo cierto es que es una afirmación a la que no le falta razón. “Viajar con amigas puede ser muy terapéutico porque nos permite salir del piloto automático y reconectar con una parte de nosotras que a menudo queda en segundo plano entre las responsabilidades del día a día”, nos cuenta Rebeca Cáceres Alfonso, directora de Tribeca Psicólogos y profesora de la Universidad Internacional de Valencia.

Ella lo tiene claro y lo resume a la perfección en una frase: con las amigas nos quitamos pesos. “No hay expectativas que cumplir ni agendas que coordinar. Reímos, hablamos durante horas, nos escuchamos e incluso lloramos. Viajar con amigas es ser quienes somos de verdad. No tenemos que aparentar lo que no somos ni cumplir expectativas. Precisamente, por eso es tan terapéutico”.

amigas en una habitación de hotel haciéndose un selfie© Getty Images

Bueno para la salud física y mental

Viajar con amigas es una inversión directa en salud y bienestar. Lo corrobora la ciencia. Tanto es así que la investigación científica ha demostrado que las amistades basadas en la reciprocidad y el apoyo emocional no solo aumentan la satisfacción vital, sino que también protegen nuestra salud mental y física. “Tener vínculos de calidad puede ayudarnos a reducir los niveles de estrés, disminuir la sensación de soledad y actuar como un factor protector frente a la depresión. También se ha demostrado los beneficios de contar con una red de apoyo sólida a nivel físico, ya que se asocia a menor riesgo de obesidad, presión arterial más baja y una reducción de enfermedades crónicas y cardiovasculares”, nos argumenta la psicóloga.

Es más, en el otro extremo, también existe evidencia científica que demuestra que cuando las relaciones de amistad son de baja calidad, pueden convertirse en una fuente importante de estrés produciendo un deterioro en nuestra salud física y mental. 

Viajar con amigas puede ser muy terapéutico porque nos permite salir del piloto automático y reconectar con una parte de nosotras que a menudo queda en segundo plano entre las responsabilidades del día a día

Rebeca Cáceres, psicóloga

Fortalecer los vínculos de amistad

En una escapada con amigas, además, compartes (casi) todos los minutos del día. Esos que echas en falta cuando quedas solo a cenar o a para ir al teatro. Siempre os quedáis con ganas de más. Por eso, no hay duda de que viajar juntas fortalece los lazos de amistad. “Viajar con amigas puede fortalecer el vínculo. La convivencia durante el viaje suele crear complicidad, ya que compartes desde lo cotidiano hasta las aventuras inesperadas propias de un viaje. Además, esos viajes entre amigas suelen ser especiales y dejan una huella emocional”, nos dice la psicóloga. Por ello, apunta que es muy frecuente que, después de un viaje especial entre amigas, estén más que activos los grupos de WhatsApp donde se siguen compartiendo fotos, anécdotas y risas. “Esos grupos favorecen la conexión más íntima al ser un espacio en el que se favorece la comunicación del día a día y seguramente también se planifiquen nuevos encuentros”, nos detalla.  

Pero hablando de whatsapps, de mensajes, lo cierto es que cuando viajamos, además, compartimos también tiempo sin pantallas. Retomamos lo que podríamos llamar la comunicación 'a la antigua', lo que también tiene su parte positiva. “Definitivamente es una de las mejores cosas del viaje y de las que más se recuerdan. Estamos tan presentes que no es que lo forcemos, sino que no lo necesitamos. Hablar sin prisas que parece confesarnos, mirarnos, reírnos, llorar, tomar un café, pasear o bailar estando presentes sin más nos recuerda que no hace falta una pantalla”, indica Rebeca Cáceres.

amigas de la mano caminando por la ciudad mientras hacen turismo© Getty Images/Westend61

Un hueco privilegiado para la risa

En esos viajes con amigas, siempre hay momentos en los que la risa se convierte en protagonista. “¡En esos viajes siempre hay risas y no cualquier risa! Son risas de complicidad, de sentirse en casa, de poder ser tú. Risas en las que todo se te olvida y parece que solo existe ese momento”, indica la psicóloga. Y de lo que no hay ninguna duda es de que la risa libera tensiones, mejora el estado de ánimo y nos protege del estrés. “Además, cuando hay un vínculo emocional ligado a esa risa como es el caso de viajar con amigas, nos sentimos aún más vivas, parece que las preocupaciones o se alejan o quedan atrás. Viajar con buenas amigas y compartir momentos especiales es una terapia de la vida”, apunta.

¡En esos viajes siempre hay risas y no cualquier risa! Son risas de complicidad, de sentirse en casa, de poder ser tú

Rebeca Cáceres, psicóloga

Una buena opción para trabajar la empatía

Si has organizado un viaje con amigas en alguna ocasión, tal vez te has encontrado con esta frase: ‘Estoy tan acostumbrada a vivir sola, que tengo mis manías’. Precisamente hay que ver estos viajes con amigas como una oportunidad para fomentar la empatía y la adaptabilidad. “Al salir de nuestro entorno habitual y convivir con otras personas durante varios días, resulta una tarea implícita la de mirar más allá de nuestras propias necesidades y tener en cuenta los ritmos y los gustos de los otros. Van a surgir momentos de ceder y de negociar”, comenta Rebeca Cáceres, que añade que, eso sí, también tienes que tener presente que es importante adaptarse porque un viaje siempre lleva consigo cambios de horarios, planes de última hora, cancelaciones, etc. “Cuando se hace un viaje es importante fluir y tener capacidad de apertura a los cambios soltando el control y la rigidez”, apunta.

Es más, un viaje en grupo ayudar a descubrir aspectos desconocidos de uno mismo. “Al salir de la rutina y del entorno donde solemos tener todo bajo control, nos abrimos a nuevas experiencias, y con ellas, a nuevas versiones de nosotras mismas. Además, al compartir tanto con otras personas, también nos descubrimos a través de sus ojos. Nos damos cuenta de cómo impactamos en los otros y qué valoran de nosotras”, apunta.

mujeres con bicicletas paseando juntas y mirando el móvil mientras hacen turismo© Getty Images

Reducir el estrés

Ríes, pones en común sentimientos, bailas, compartes desayunos… Esos momentos compartidos con amigas ayudan ¡y mucho! a reducir el estrés. “La diversión compartida tiene un impacto directo en la reducción del estrés, tanto a nivel emocional como fisiológico. Cuando nos divertimos con amigas nuestro cerebro genera oxitocina (la hormona de la felicidad) y a la vez se reducen los niveles de cortisol (hormona vinculada al estrés)”, coincide la experta de Tribeca, que puntualiza que viajar con amigas tiene un matiz diferente viajar con amigas que hacerlo en solitario, con la pareja o la familia. “En estos últimos casos tendemos a seguir manteniendo roles de cuidado y patrones de comportamientos del día a día. Con las amigas solemos sacar una versión más divertida y aventurera de nosotras mismas”, afirma.

¿Qué hacer si surge algún conflicto durante el viaje?

No podemos perder de vista que durante los viajes, también pueden surgir pequeños roces o conflictos. “Que surjan desencuentros en un viaje con amigas es normal. Puede haber diferencia de opiniones, tensiones o malentendidos”, nos explica la experta. ¿Qué habilidades se desarrollan al gestionarlos durante la escapada? En su opinión, la mejor forma para manejar esto es tener una comunicación clara y honesta desde la asertividad. “Más allá de esto, es también importante en un viaje con amigas poner en marcha la empatía, aumentar la capacidad de comprensión y de negociación”, nos dice.

Cuando se hace un viaje es importante fluir y tener capacidad de apertura a los cambios soltando el control y la rigidez

Rebeca Cáceres, psicóloga

¿Y si el viaje no sale bien?

Los viajes con amigas suelen quedarse en nuestra memoria como un momento para recordar. Los marcamos en nuestro calendario antes de que sucedan y, una vez que terminan, vuelven a nuestra mente cuando hacemos, por ejemplo, balance del año. Pero, aunque no es nada frecuente, puede no salir tan bien como esperábamos. “Aunque no suele ser lo habitual, lo cierto es que puede ocurrir que el viaje no sea lo que esperábamos. A veces, la convivencia revela diferencias importantes en valores que habían pasado desapercibidas o pone a prueba dinámicas que en el día a día no nos damos cuenta”, puntualiza la psicóloga. ¿Qué hacemos en ese caso? “En función de lo que haya pasado, creo que es importante tomar perspectiva de lo ocurrido y reflexionar. Un viaje que no salga bien no tiene por qué significar la ruptura de una amistad. Sin embargo, sí deberíamos encontrar una respuesta desde nuestro interior a qué ha pasado”, nos cuenta.

Y nos anima a que nos hagamos algunas preguntas: ¿Es un distanciamiento porque con esas amigas y su modo de divertirse yo ya no vibro? ¿Ha pasado algo en el viaje y me he sentido invadida y mal? “Dependiendo de lo que sea, debemos poner en marcha una comunicación sincera y honesta o debemos aceptar que quizás son amigas nuestras en un plano diferente al de los viajes. Sea como sea, la respuesta siempre va a venir del interior. Por eso, es importante estar en calma y reflexionar con honestidad sobre ello”, concluye.

Pero lo más probable es que, pese a los pequeños roces normales por la convivencia, todo salga bien y disfrutes cuando veas las fotos que os habéis hecho juntas. Una de ellas, nos atrevemos a decir que será la nueva foto de perfil de vuestro grupo de whatsapp. Porque sí, los viajes con amigas deberían prescribirlos los médicos. 

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

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