Me siento incapaz, no cualificado, un fraude". Con estas palabras, Justin Bieber, uno de los artistas más populares del mundo, ha confesado recientemente padecer el síndrome del impostor. Y es que, en una publicación en su cuenta oficial de Instagram, Bieber expresó de una forma muy sincera cómo se siente realmente ante el éxito que ha cosechado:
"La gente me ha dicho toda mi vida 'Wow, Justin, mereces eso', pero personalmente siempre me he sentido indigno, como si fuera un fraude. Cuando la gente me decía que merecía algo, me sentía tramposo, pensaba 'si supieran mis pensamientos, lo crítico que soy conmigo mismo, lo egoísta que realmente soy, no me estarían diciendo esto'. Lo digo para que, si tú también te sientes tramposo, sepas que eres bienvenido al club. Definitivamente, la mayoría de los días me siento incapaz y no cualificado".
Ante tales palabras escritas por una de las personas más influyentes en el panorama musical, no hemos podido evitar preguntarnos cómo es posible que se sienta así y qué es exactamente el síndrome del impostor. También nos planteamos si cualquiera de nosotros lo podemos sufrir. Por ello, para entender esta condición emocional hablamos con el psicólogo Sebastián Girona.
¿Qué es el síndrome del impostor que padece Justin Bieber?
Sebastián Girona nos lo explica: " El síndrome del impostor es un estado psicológico que afecta a personas que, a pesar de tener logros y estar teniendo éxito en su vida profesional, sienten que no merecen esos logros. Estas personas suelen dudar de su propio éxito y viven con el temor constante de que los demás descubran que son un "fraude", convencidas de que no tienen el mérito por los logros obtenidos. En lugar de reconocer sus habilidades y virtudes, tienden a atribuir su éxito a la suerte o al esfuerzo de los demás. Este pensamiento, que llega a sentirse como una certeza, genera un miedo profundo y persistente de ser descubiertos, de que alguien se dé cuenta de que no merecen lo que han alcanzado.
Según Girona, estas personas se caracterizan por tener "una autoimagen distorsionada", ya que incluso ante evidencias claras de sus habilidades, siguen dudando de sí mismas. El experto señala que "el síndrome no tiene que ver con falta de éxito, al contrario, suele afectar especialmente a personas a las que les va bien", es el caso, por ejemplo, de Justin Bieber.
Y continúa explicando que los perfiles que tienen más probabilidad de sufrirlo son personas exitosas y perfeccionistas que quizás ya de por sí, a pesar de ese éxito, tienen una baja autoestima, y personas que también pueden ser muy rumiadoras, que tienen exceso de pensamiento. "Este problema de poder sobrepensar las cosas demasiado y que lleva un poco como a construir este síndrome del impostor". La base de toda esta cuestión son los pensamientos que esta persona tiene en su cabeza y que se presentan con categoría de certeza. Esa persona piensa en ese momento que lo que está pensando es exactamente así.
Los perfiles que tienen más probabilidad de sufrirlo son personas exitosas y perfeccionistas que quizás ya de por sí, a pesar de ese éxito, tienen una baja autoestima, y personas que también pueden ser muy rumiadoras, que tienen exceso de pensamiento
Síntomas del síndrome del impostor: cómo reconocerlos
Girona explica que suele manifestarse especialmente en etapas clave de la carrera profesional, cuando aumentan los retos y la presión. "Es frecuente en personas exitosas, perfeccionistas y que tienden a pensar mucho las situaciones", señala el psicólogo. Este estado mental puede provocar síntomas como ansiedad, inseguridad y en algunos casos, depresión.
Además, Girona resalta que la línea entre ser exigente con uno mismo y desarrollar síndrome del impostor es muy fina. Quizás no hay tanta diferencia a nivel interno. Pero una persona muy exigente consigo misma puede generar el síndrome del impostor, de acuerdo en qué etapa profesional se encuentre. Si se encuentra con mayor estrés, con mayor presión o con mayores desafíos que al mismo tiempo va consiguiendo, entonces una persona muy exigente con ella misma puede pasar a sufrir el síndrome del impostor.
Otros síntomas comunes que señala Girona son la constante comparación con otras personas, la minimización de los propios éxitos y una dificultad significativa para aceptar elogios o reconocimientos. "Estas personas suelen sentir que cualquier error puede poner en evidencia su supuesta incompetencia", añade.
La línea entre ser exigente con uno mismo y desarrollar síndrome del impostor es muy fina. Una persona muy exigente consigo misma puede generar el síndrome del impostor, de acuerdo en qué etapa profesional se encuentre
Cómo afecta el síndrome del impostor en la vida laboral y personal
El síndrome del impostor añade una capa adicional de estrés a la vida profesional y personal. Sebastián Girona aclara que "el temor constante a ser descubierto genera estrés interno adicional, disminuyendo considerablemente el rendimiento profesional y emocional".
Este miedo a no ser suficiente puede acabar afectando negativamente la carrera y las relaciones personales. Como insiste el psicólogo, los pensamientos negativos que sostienen este síndrome siempre tienen la forma de certezas absolutas. "Por ejemplo, una persona podría pensar que aprobó un examen por suerte o por la simpatía del profesor, y no por su propia habilidad", explica.
Este estrés adicional puede generar problemas en la salud física, como dolores de cabeza frecuentes, insomnio y fatiga crónica. En lo emocional, "puede llevar a aislarse socialmente por temor a la crítica o rechazo", advierte Girona. Además, en el ámbito laboral puede provocar que la persona evite oportunidades profesionales valiosas por miedo al fracaso.
Cómo superar el síndrome del impostor: terapias y estrategias efectivas
Aunque eliminar completamente el síndrome del impostor puede ser complicado, Girona asegura que es posible reducir considerablemente su impacto. "Esto sería como decir, digamos, si el síndrome del impostor está del uno al 10 en un nueve, mi vida se va a ver afectada significativamente todos los días, incluso los fines de semana, aunque no trabaje. Pero con un trabajo terapéutico, ese nueve puede pasar a un tres y se puede vivir y se puede aprender a convivir con eso sin que afecte demasiado la autoestima de la persona".
La clave está en aprender a cuestionar esos pensamientos negativos. "Con terapia cognitivo-conductual se puede pasar de un síndrome de alta intensidad a uno manejable, permitiendo una vida cotidiana con autoestima saludable", afirma el psicólogo. Esta terapia "enseña a cuestionar y confrontar pensamientos negativos mediante ejercicios prácticos", ayudando a recuperar la confianza en uno mismo.
Entre las estrategias prácticas recomendadas por Girona destacan "llevar un registro de logros personales, aprender a aceptar elogios sin descalificarlos y practicar la autocompasión". También es importante crear un entorno de apoyo, hablando sobre estos sentimientos con personas de confianza que puedan brindar una perspectiva más objetiva sobre los logros obtenidos.
Justin Bieber ha dado un paso importante al hablar abiertamente sobre cómo se siente. Su testimonio puede ayudar a otras personas a reconocer sus propios síntomas y buscar apoyo profesional para superar el síndrome del impostor.