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Terelu Campos en 'Supervivientes 2025'

Terelu Campos y Makoke en 'Supervivientes 2025': cómo afrontan las mujeres la madurez en la actualidad, según una psicóloga

Ambas son un ejemplo de cómo ha cambiado la perspectiva de la mujer a la hora de vivir esta etapa haciendo gala de una mayor seguridad, alejándose de la mirada ajena y de la presión que, muchas de ellas, han llevado a lo largo de su vida


18 de marzo de 2025 - 19:00 CET

Ver y vivir la madurez como una oportunidad y no como una carga. Son muchas las cosas que han cambiado en las últimas décadas en relación con las mujeres a medida que van pasando hojas de su calendario. La mujer madura de hoy vive esta etapa con una visión renovada, cargada de autoconocimiento y con una confianza que solo el tiempo puede otorgar. Lejos de encasillarse en estereotipos, es una oportunidad en la que transformar las expectativas sociales en oportunidades para reinventarse, priorizarse y abrazar sus pasiones. Dos ejemplos muy claros los tenemos en este momento en la televisión: Makoke y Terelu Campos, que se encuentran en Cayos Cochinos, participando en Supervivientes 2025. Makoke a sus 55 años y Terelu con 59.

Las dos, cada una con su propia visión y con una forma de afrontar la madurez, han demostrado que coinciden en algo: esta etapa no es un final, sino el comienzo de una versión más auténtica y poderosa de sí misma, donde los retos se enfrentan con sabiduría. Y, además, demostrando algo muy importante: la importancia de que haya, en prime time, en un programa que ven miles de personas, dos mujeres tan distintas en la manera de proyectar su imagenAmbas están demostrando que la adversidad puede ser una oportunidad para el empoderamiento personal, mostrando cómo la resiliencia y la confianza en una misma son las claves para superar cualquier obstáculo. Y pueden servir de inspiración para esas otras mujeres que ven el programa desde el sofá de su salón. 

La mujer madura de hoy vive esta etapa con una visión renovada, cargada de autoconocimiento y con una confianza que solo el tiempo puede otorgar

Terelu Campos en Supervivientes© Mediaset
Terelu Campos en Supervivientes
Media Image© Mediaset

En el caso concreto de Terelu Campos, aceptó el desafío de acudir al programa de televisión a punto de cumplir los 60 años (lo hará el próximo 31 de agosto) y podemos verla tal y como es, con sus arrugas, con su gesto de cansancio, su cuerpo real, viviendo las experiencias que la llevan al límite durante su estancia. 

La liberación tiene mucho que ver con dejar a un lado la concepción de que se ha de hacer “todo bien”, saliendo de esa exigencia y mostrándose al mundo, tal y como son

Leticia Martín Enjuto, psicóloga

La madurez desde el punto de vista de la psicología

Partiendo de todo ello, hemos querido analizar con la ayuda de una psicóloga cuál es la percepción de una etapa como la madurez para la mujer, valorando si ha cambiado la concepción y la perspectiva de una mujer madura en relación con lo que sucedía hace décadas. “Indudablemente la perspectiva ha variado. En un pasado se tenía una concepción limitante con respecto a la entrada de la mujer en la madurez, con una visión asociada al cuidado de terceros y a la maternidad, así como a ciertas restricciones supeditadas a necesidades externas. En consulta, observo cómo el autocuidado y la conciencia sobre el bienestar, tanto físico como mental, se ha visto incrementado en dicha etapa de la vida”, nos comenta la psicóloga Leticia Martín Enjuto.

En su opinión, hoy la madurez se asocia más con sabiduría, libertad y autodescubrimiento, aunque aún queda camino por recorrer para erradicar completamente los prejuicios que persisten en ciertos sectores de la sociedad. 

Leticia Martín Enjuto, psicóloga© Leticia Martín Enjuto
Leticia Martín Enjuto, psicóloga

La madurez como una oportunidad

De hecho, tal y como nos explica la psicóloga, la madurez para la mujer supone una oportunidad al contar con experiencia, sabiduría y una mayor capacidad de adaptación a todas aquellas circunstancias que la circundan. “Además, estamos en una etapa de la vida en la que se goza de un mayor autoconocimiento, seguridad y libertad, aspecto que juega a favor de su crecimiento”, nos dice.

Para la psicóloga hemos de tener presente que, con el paso del tiempo, las prioridades para la mujer varían. “Este aspecto deja en un segundo plano las expectativas que se tienen sobre ellas y se apuesta por encontrar una ubicación mayor que las identifique y defina. Sentir que el recorrido de la vida va representándolas, es un motor absoluto que trabaja en pro de su desarrollo. En esta línea, se desmarcan de lo que, a priori, formaba parte de su cometido para, poco a poco, liderar su día”, nos detalla. 

Y apunta un matiz muy importante: esa liberación tiene mucho que ver con dejar a un lado la concepción de que se ha de hacer “todo bien”, saliendo de esa exigencia y mostrándose al mundo, tal y como son. “La madurez es un momento óptimo para hacer gala de una mayor seguridad y alejarse de la mirada ajena, de los cánones de belleza, en ocasiones imposibles, así como de esa presión que, muchas de ellas, han llevado a lo largo de su vida. La culpa es otra de las emociones complejas que se van relegando a un segundo plano, apostando por el bienestar emocional, metas, deseos y proyectos personales. Reivindicar el propio espacio que merecen y requieren, es una de las tareas que trae consigo dicha liberación”, nos comenta. 

Una etapa en la que se valora la resiliencia y el autocuidado

Le planteamos a la psicóloga si en esto ha podido influir la resiliencia, así como el autocuidado, que por fin hemos decidido valorar. Para Leticia Martín Enjuto ambos han sido factores clave en este cambio de perspectiva sobre la madurez femenina. 

“En un pasado, anteponer las necesidades de terceros era primordial sin tener excesivamente en consideración el desgaste emocional que dicha conducta generaba. Poco a poco, tanto el autocuidado como el campo de la salud mental han promovido cultivar espacios personales. Además, se está derribando la barrera que consideraba que se trataba de un acto egoísta mirar por una, y se va trabajando cada vez más en entender este periodo de la vida como la manera de vivir el día a día en plena libertad”, nos dice. 

Así, la mujer goza de una mayor disposición y de más y mejores herramientas que permiten esta tan sonada resiliencia. “La etapa de maduración femenina hemos de entenderla como una forma de superación y de aprendizaje que, ineludiblemente, pasa por el autocuidado y la visión que deposito en lo que observo y realizo”, nos dice. 

La etapa de maduración femenina hemos de entenderla como una forma de superación y de aprendizaje que, ineludiblemente, pasa por el autocuidado

Leticia Martín Enjuto, psicóloga

Los desafíos emocionales y psicológicos

En opinión de la psicóloga, los desafíos en la madurez femenina abarcan campos que se desmarcan de su historia personal y contexto. Más allá de ellos, existe la necesidad de desafiar la reafirmación de la identidad de la mujer. Así, nos cuenta que en esta etapa se requiere de cierta redefinición de propósitos, así como de encontrar nuevas formas de realización personal. En esta línea, también se ha de atender al cambio en los roles familiares que conforman otro de los grandes vacíos. 

  • “Un desafío que observo mucho en consulta es el de desbancar el estereotipo asociado al envejecimiento como transformación del cuerpo, en términos de apariencia, sexualidad y productividad. El reto emocional es absoluto cuando nos encontramos ante una sociedad marcada que, pese a su evolución, todavía tiene camino por recorrer”, nos indica.
  • Además, añade que también las relaciones y los vínculos afectivos conforman otro de los grandes desafíos sobre los que la mujer tiene que trabajar. “La madurez femenina también incluye cierta criba con respecto a quien sí y quien no permito que compartir mi día a día. Son tomas decisiones que se presentan en momentos concretos de la vida y que se han de enfrentar”, nos dice.
  • Por último, también apunta al desafío que contrae la construcción de nuevos proyectos personales, inicio de nuevos caminos y nuevos retos con los que encontrar la identificación. 

“He de decir que estos desafíos, cada vez más mujeres los enfrentan con herramientas emocionales más sólidas, una red de apoyo más fuerte y una mayor conciencia de que la madurez no es una etapa de pérdida, sino de transformación y crecimiento”, nos comenta la psicóloga. 

También se ha de atender al cambio en los roles familiares que conforman otro de los grandes vacíos.

Así cambia la identidad personal de una mujer con la edad

De lo que no hay ninguna duda es de que la identidad personal de la mujer ha obtenido una creciente evolución. Así, la psicóloga nos explica que en la juventud, muchas mujeres trabajan en ajustar su identidad, en función de todas aquellas demandas externas que reciben tanto en el plano familiar, de pareja, amistades y laboral. Por el contrario, cuando se encuentran en la madurez, la autenticidad y el autoconocimiento les direccionan hacia una priorización mayor, sin que resuene tanto el citado marco limitante. Los diferentes roles que fueron adoptados, se ven intercambiados por sus propios deseos, su ánimo por priorizarse y explotar nuevas facetas. 

“La experiencia acumulada juega a favor de una determinación mayor, así como de una reafirmación y convicción que les mueve hacia el autoconocimiento. Dicha evolución también se ve reflejada en sus fortalezas y capacidad de disfrute. El camino se torna en un espacio de amor propio, superación y autoconfianza. Es importante considerar la variación que se fija en este periodo de la vida con respecto a la forma en la que la mujer se ve a sí misma”, nos comenta. 

Tal y como nos explica, pese a que en la sociedad siguen imperando diferentes estereotipos, cada vez son más las mujeres que aprenden a apreciar esa valía personal, a valorar su cuerpo, su autonomía y a gozar de una mayor relación saludable con su propia imagen. “Por todo ello, la autoaceptación se vuelve el arma más poderosa con la que trabajan, alejadas de tabúes, presiones y autoexigencia extrema. Las prioridades cambian, así como las relaciones que se establecen con los demás. Siempre me gusta apuntar que la identidad femenina se transforma desde la autoexigencia hasta la autoaceptación, un proceso de evolución que se desmarca de la pérdida y se acerca al crecimiento y la genuinidad”, argumenta la psicóloga. 

Siempre me gusta apuntar que la identidad femenina se transforma desde la autoexigencia hasta la autoaceptación, un proceso de evolución que se desmarca de la pérdida y se acerca al crecimiento y la genuinidad

Leticia Martín Enjuto, psicóloga

Manejo del estrés y las emociones en la madurez

Hay que tener en cuenta, además, que la madurez es una etapa de la vida clave para el manejo del estrés y las emociones al contar con distintas herramientas emocionales que se han ido cosechando y adquiriendo a lo largo de la vida. Algo, sin duda, muy útil en un programa de televisión como el que nos ocupa. “Nos encontramos ante una etapa en la que la identificación del estrés, así como las estrategias a utilizar para regular éste, están estrechamente relacionadas con la inteligencia emocional”, apunta la psicóloga. 

En su opinión, la impulsividad está más vinculada con la juventud, mecanismo de defensa ampliamente utilizado para hacer frente a problemas o conflictos. “Sin embargo, a medida que la vida avanza, las mujeres aprenden a tomar cierta distancia con respecto a dichos conflictos, a gozar de un mayor equilibrio y a una menor reactividad. También, la mujer madura suele ser más consciente de la importancia del yo, a priorizar el bienestar propio y a volcarse en aspectos que le reportan: meditación, amistades, hobbies o una alimentación saludable y equilibrada”, apunta. 

Con la madurez, se desarrolla una visión más amplia de la vida. “Situaciones que antes parecían catastróficas, ahora se ven con más relatividad. Muchas mujeres aprenden a no tomarse la vida en un plano tan personal, a soltar lo que no pueden controlar y a enfocarse en lo que sí está en sus manos. Este cambio de perspectiva les permite afrontar el estrés con mayor claridad y menos angustia”, nos explica Leticia Martín Enjuto

La madurez no solo ayuda a manejar mejor el estrés, sino que también permite vivir con más equilibrio, paz interior y plenitud. Aunque los desafíos siguen existiendo, la forma de enfrentarlos cambia, y eso marca una gran diferencia en la calidad de vida emocional de las mujeres. 

Tenemos que tener también en cuenta que si bien las expectativas sociales y culturales siguen influyendo en cómo las mujeres viven su madurez, la realidad es que estamos en un momento de transformación. Cada vez hay más conciencia sobre la importancia de vivir esta etapa con plenitud, autenticidad y libertad, dejando atrás los estereotipos y construyendo una nueva visión de la madurez femenina basada en la experiencia, el crecimiento y la satisfacción personal. 

 Es importante interiorizar que la transformación natural forma parte de la vida sin que ello repercuta en nuestro autoconcepto, ni autoestima

Leticia Martín Enjuto, psicóloga

La importancia de tener redes de apoyo en esta etapa de la vida

Un aspecto, sin duda, capital es la importancia de tener redes de apoyo, como la familia y las amistades, en esta etapa de la vida. “Son un pilar básico en el que se sustenta la edad adulta. La familia sigue teniendo un peso muy importante en la vida de las mujeres pese a que éste se ha ido reformulando. El día a día de la mujer también ha ido variando encontrando un lugar destacado en las amistades. A diferencia de las relaciones familiares, las amistades son de elección propia por lo que, con el paso del tiempo, van encontrando una ubicación destacada en la que apoyar sus decisiones y respetar su autonomía”, apunta la especialista. 

De hecho, muchas mujeres encuentran en sus amigas un refugio donde pueden compartir experiencias, expresar emociones sin juicios y construir nuevas vivencias. “Se ha de poner de relieve que las redes en materia de amistades, no solo se circunscriben al entorno cercano, sino también existen infinidad de grupos de interés junto a espacios donde compartir momentos de encuentro. Hacer uso de dichos espacios, tanto de calado social, como comunitario, enriquecen la vida emocional de la mujer, motivándola a continuar en su recorrido hacia el fortalecimiento de la salud emocional”, cuenta. 

Muchas mujeres encuentran en sus amigas un refugio donde pueden compartir experiencias, expresar emociones sin juicios y construir nuevas vivencias

Adaptarse a los cambios físicos

Sin duda, el cuerpo de muchas mujeres cambia a medida que transitan por la madurez, sobre todo a partir de una etapa como es la menopausia. Aparecen las arrugas, se pueden ganar kilos, la piel refleja el paso de los años… ¿Cómo pueden las mujeres maduras adaptarse a los cambios físicos desde una perspectiva psicológica? “Conforma un desafío la adaptación a cambios físicos puesto que nos encontramos en una etapa en la que los cambios son más significativos. El cuerpo cambia a medida que el tiempo va transcurriendo con las implicaciones a nivel psicológico que dicha variación contrae. Es importante interiorizar que la transformación natural forma parte de la vida sin que ello repercuta en nuestro autoconcepto, ni autoestima”, explica la psicóloga, que hace mención a la importancia de valorar lo que se tiene y no anclarse en sentimientos tales como la desesperanza o la resistencia al cambio, es fundamental. 

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