Mujer debajo de un paraguas soportando la lluvia© Getty Images/Westend61

Bienestar

Este es el efecto de las lluvias en tu estado de ánimo

Si has notado que tu ánimo decae en estos días de lluvia o si te han llamado gruñona porque estás de peor humor desde que no ves el sol, no te preocupes, no es nada extraño. Es, de hecho, muy natural.


17 de marzo de 2025 - 19:50 CET

Marzo ha comenzado con precipitaciones en gran parte de España, una situación que, lejos de ser un simple fenómeno meteorológico, puede influir en nuestro bienestar emocional. Los expertos coinciden en que las transiciones estacionales afectan nuestros ritmos biológicos, y esta borrasca que anticipa la llegada de la primavera puede provocar sensación de fatiga, insomnio o incluso inestabilidad emocional.

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La falta de luz natural y los días grises pueden generar sensación de fatiga, apatía e incluso afectar la calidad del sueño

Dra. Daniela Silva, médico
mujer ventana lluvia© Adobe Stock

¿Por qué la lluvia afecta nuestro estado de ánimo?

El impacto del clima en la salud mental es un fenómeno estudiado desde hace décadas. "La relación entre el clima y las emociones humanas es más complicada de lo que parece y depende, en gran medida, de las características individuales de cada persona", explica la Dra. Daniela Silva, especialista en Medicina Interna y E-Health Medical Manager de Cigna Healthcare España. "La falta de luz natural y los días grises pueden generar sensación de fatiga, apatía e incluso afectar la calidad del sueño".

Las semanas previas al equinoccio de primavera suelen ser un periodo de adaptación para el cuerpo. Sin embargo, cuando las condiciones meteorológicas adversas se prolongan, pueden aparecer sentimientos de frustración y desmotivación. La menor exposición a la luz solar disminuye la producción de serotonina, el neurotransmisor vinculado al buen estado de ánimo, y favorece la liberación de melatonina, lo que incrementa la sensación de cansancio y apatía.

Según la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, aunque la fisiopatología del Trastorno Afectivo Estacional (TAE) no está completamente comprendida y su incidencia es baja en España, existen varios mecanismos que pueden influir en la aparición de síntomas similares, como la alteración del ritmo circadiano, la sensibilidad retiniana a la luz, el metabolismo anormal de la melatonina y la disminución de la secreción de neurotransmisores.

Además, el descenso brusco de temperaturas y el aumento de la humedad, tras un invierno inusualmente cálido, pueden afectar a personas especialmente sensibles a los cambios climáticos, amplificando la sensación de fatiga o irritabilidad.

La menor exposición a la luz solar disminuye la producción de serotonina, el neurotransmisor vinculado al buen estado de ánimo, y favorece la liberación de melatonina, lo que incrementa la sensación de cansancio y apatía.

© Adobe Stock

Estrategias para combatir los efectos del mal tiempo

Aunque no podemos controlar el clima, los expertos de Cigna Healthcare España proponen una serie de hábitos para minimizar su impacto sobre la salud mental:

  • Un toque de color en un día gris. Diversos estudios sugieren que los colores pueden influir en el estado de ánimo. La cromoterapia recomienda tonos cálidos y luminosos, como el rojo, el amarillo o el rosa, para inspirar energía y ayudar a contrarrestar la apatía.
  • Evitar el modo "hibernación". Es habitual que la lluvia invite a quedarse en casa, pero mantener rutinas es clave para evitar la falta de motivación. "Levantarse a la misma hora, acudir a la oficina en lugar de teletrabajar o seguir yendo al gimnasio son pequeñas estrategias para mantenerse activo en los días grises", recomienda Silva.
  • Convertir la comida en un refugio. Especias como la canela, el jengibre o la vainilla tienen propiedades que generan sensación de bienestar, por lo que incorporarlas en infusiones, postres u otros platos puede activar los sentidos y mejorar el estado de ánimo. Los cítricos, como la naranja, el pomelo o el limón, también aportan vitamina C y su aroma fresco ayuda a combatir la sensación de letargo.
  • Maximizar la luz natural. A pesar del frío o la lluvia, salir unos minutos a la luz natural ayuda a regular los ritmos circadianos y mantener los niveles de energía. "En la medida de lo posible, elige un sitio junto a la ventana y sube las persianas para aprovechar la luz exterior", aconseja Silva.
  • Escapismo sensorial. Si el clima impide salir, crear un ambiente acogedor en casa puede ayudar a reducir la sensación de aislamiento. Reorganizar un espacio o practicar una actividad placentera, como leer, coser o trabajar la cerámica, acompañándolo de sonidos ambientales, puede ser una estrategia efectiva para el bienestar emocional.

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