Construir relaciones sanas empezando por uno mismo. ¿Tarea compleja? Hay ocasiones en las que nos damos cuenta tarde de que no nos estamos tratando tan bien como deberíamos, tenemos la autoestima baja y no prestamos atención a algo tan importante como el autocuidado. Es un error que deberíamos tratar de corregir. Así nos lo explica Patricia Expósito, psicóloga especialista en autoestima, apego y trauma, que acaba de publicar su libro Autoestímate: lo urgente eres tú (Alfaguara). Hemos tenido la ocasión de hablar con ella.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
¿Piensa que, por fin, le estamos dando la importancia que requiere al autocuidado y la autoestima?
En los últimos años, ha habido un avance significativo en la conciencia social sobre la importancia del autocuidado y la autoestima. Sin embargo, aún vivimos en una cultura que prioriza la productividad y la apariencia externa. A menudo nos olvidamos de cuidar nuestra salud mental y emocional hasta que los problemas se vuelven evidentes. Creo que todavía estamos en un proceso de aprender a integrar realmente estos conceptos en nuestra vida diaria.
A menudo nos olvidamos de cuidar nuestra salud mental y emocional hasta que los problemas se vuelven evidentes
¿Cuáles consideras que son los mayores frenos para que las personas mejoren su autoestima?
Los frenos más comunes son las creencias limitantes, como el "no soy suficiente" o el miedo al rechazo. También la falta de herramientas adecuadas para gestionar las emociones, el perfeccionismo o la crítica constante, tanto interna como externa. Otro freno importante es la falta de autocompasión, ya que muchas personas no se permiten el error o la vulnerabilidad, lo que impide la aceptación de uno mismo.
En la portada del libro hay una frase para la reflexión: 'Lo urgente eres tú'. ¿Podemos estar cayendo en un extremo demasiado individualista, en el que prima el yo sobre el nosotros?
Creo que, en un mundo cada vez más interconectado y demandante, hemos olvidado la importancia de cuidar de uno mismo primero para poder cuidar a los demás. "Lo urgente eres tú" no se refiere a un acto egoísta, sino a un hecho de autocompasión que nos permite ser mejores en nuestras relaciones, tanto personales como profesionales.
¿Qué piensa que puede influir en que unas personas tengan más alta la autoestima que otras sin mucho esfuerzo por conseguirlo?
La autoestima está profundamente influenciada por factores como la crianza, las experiencias tempranas y los modelos de referencia que hemos tenido. Las personas que han recibido validación, amor incondicional y apoyo durante su infancia tienden a desarrollar una autoestima más sólida. Además, algunas personas pueden tener una predisposición genética hacia un mayor nivel de confianza o mayor capacidad para manejar el estrés, lo que facilita el autoconcepto. No obstante, incluso aquellos con una autoestima inicialmente más alta pueden enfrentar retos, y es posible fortalecerla con terapia.
¿Con autoestima se nace o la autoestima se hace?
La autoestima se empieza a construir en nuestra infancia en base a cómo nos mira nuestro entorno y la vamos modificando con nuestras experiencias y vivencias a lo largo de nuestra vida. Además, puede ir fluctuando y cambiando dependiendo de las situaciones que vivamos.
Por tanto, es algo que se construye, no algo con lo que se nazca.
La autoestima puede ir fluctuando y cambiando dependiendo de las situaciones que vivamos
En el libro habla de pasado, presente y futuro. ¿Qué factores suelen influir en la formación de la autoestima desde la infancia?
Desde la infancia, la forma en que nos perciben los adultos a nuestro alrededor, especialmente los padres o figuras de referencia, juega un papel crucial. La validación, la aceptación y el amor incondicional, junto con el modelo de autorregulación emocional, son esenciales. Las experiencias de éxito y fracaso, así como la manera en que se nos enseña a manejar nuestras emociones, también son determinantes. Los niños que experimentan un entorno de apoyo, donde sus logros y errores son manejados de forma saludable, tienen lugar sus necesidades y pueden expresar sus emociones, tienden a desarrollar una autoestima más positiva.
¿Por qué en muchas ocasiones somos tan duros con nosotros mismos, nos tratamos incluso mal?
La dureza con uno mismo a menudo proviene de un deseo de perfección, o de haber interiorizado mensajes críticos durante la infancia o a lo largo de la vida. Muchas veces, tenemos expectativas poco realistas sobre nosotros mismos, lo que lleva a la frustración y a la autocrítica constante. Además, el miedo al fracaso o el temor a no cumplir con las expectativas sociales o familiares también puede intensificar esta autocrítica.
Cada vez más gente tiene interiorizado el hecho de que es importante poner límites. ¿Por qué nos sigue resultando una tarea tan compleja?
Poner límites puede ser difícil debido a varios factores, como el miedo al rechazo o abandono, el deseo de agradar a los demás, o el temor de ser percibido como egoísta. Además, si hemos sido criados en entornos donde el cuidado de los demás se valoraba más que el propio, aprender a poner límites saludables puede sentirse como un acto de traición hacia los demás. La falta de práctica y la baja autoestima también juegan un papel, ya que las personas con baja autoestima tienden a priorizar las necesidades ajenas por encima de las propias.
También es frecuente tener pensamientos negativos repetitivos sobre uno mismo y una incapacidad para poner límites saludables en las relaciones
¿Qué señales nos delatan que tenemos una autoestima baja?
Las señales más comunes incluyen una tendencia a compararse constantemente con los demás, sentimientos de insuficiencia, la incapacidad de aceptar cumplidos, la dependencia excesiva de la validación externa, y la tendencia a evitar desafíos por miedo al fracaso. También es frecuente tener pensamientos negativos repetitivos sobre uno mismo y una incapacidad para poner límites saludables en las relaciones.