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La migraña y la depresión son dos trastornos que afectan a millones de personas en todo el mundo. Para quienes los padecen, el impacto en la vida diaria puede ser devastador, ya que afecta al ámbito laboral, las relaciones personales y el bienestar general. Hasta ahora, los tratamientos convencionales consisten en fármacos y terapias psicológicas, pero en muchos casos los resultados son insuficientes o están asociados con efectos secundarios indeseables.
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Afortunadamente, cada vez hay más avances en el campo de la psiquiatría y la neurología y hay una técnica que puede ayudar a tratar eficazmente la migraña y la depresión resistente al tratamiento. Se trata de la estimulación cerebral no invasiva, una terapia innovadora que está demostrando ser efectiva en la reducción de la frecuencia e intensidad de las migrañas, así como en la mejora del estado de ánimo en personas con depresión.
Este tipo de tratamiento para la migraña o la depresión no requiere cirugía ni el uso prolongado de fármacos. Pero, ¿cómo funciona realmente? ¿Es la solución definitiva?
La corriente que se emplea induce una actividad neuronal sin necesidad en áreas específicas del cerebro, modulando la neuroplasticidad y facilitando la reorganización de cirucuitos neuronales
¿Qué es la estimulación cerebral no invasiva y cómo funciona?
La estimulación cerebral no invasiva es un conjunto de técnicas que buscan modular la actividad neuronal sin necesidad de cirugía. Se basa en la aplicación de estímulos eléctricos o magnéticos en áreas específicas del cerebro, con el objetivo de regular la comunicación entre las neuronas y mejorar su funcionamiento. Tal como nos explica el Dr. Martín de Avellanal , Jefe de Servicio de Unidad de Dolor de Hospital Sanitas La Moraleja, existen dos tipos, la EMTr y la tDCS.
La EMTr emplea pulsos de corriente magnética generados por una bobina colocada sobre el cuero cabelludo del paciente. Esta corriente induce una activación neuronal en áreas específicas del cerebro, modulando la neuroplasticidad y facilitando la reorganización de circuitos neuronales. Su capacidad para estimular o inhibir determinadas regiones cerebrales la hace especialmente útil en trastornos como la depresión mayor resistente, el dolor neuropático, la rehabilitación motora post-ictus y algunas enfermedades neurodegenerativas.
Por otro lado, el tDCS se basa en la aplicación de una corriente eléctrica de baja intensidad y de tipo galvánico a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo. Su acción principal es modificar la excitabilidad neuronal en función de la polaridad de la corriente aplicada: la estimulación anódica facilita la activación neuronal, mientras que la catódica la inhibe. Se ha demostrado eficaz en patologías como dolor crónico, migraña, fibromialgia y fatiga crónica, además de mejorar la recuperación en procesos neurológicos.
En términos de aplicación, la EMTr requiere una localización más precisa de las áreas cerebrales a estimular y equipos especializados, mientras que la tDCS es una técnica más sencilla y flexible, con menor complejidad en su administración.
Ambas técnicas tienen la ventaja de ser indoloras, no invasivas y con pocos efectos secundarios.
Especialistas en Neurofisiología Clínica o en la Unidad del Dolor, quienes determinan su indicación para personas con afecciones neurológicas y psiquiátricas que no han respondido de manera óptima a otras terapias.
¿Cómo se escogen a los pacientes?
La selección de pacientes para la estimulación cerebral no invasiva se basa en una evaluación médica integral, en la que se consideran factores como la patología a tratar, la respuesta previa a tratamientos convencionales y la ausencia de contraindicaciones, nos cuenta la Dra. Sonia Montilla, Médico Especialista en Neurofisiología Clínica en el Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
En este centro, por ejemplo, este procedimiento es realizado por especialistas en Neurofisiología Clínica o en la Unidad del Dolor, quienes determinan su indicación para personas con afecciones neurológicas y psiquiátricas que no han respondido de manera óptima a otras terapias.
¿Cómo ayuda la estimulación cerebral en la migraña?
La migraña es una de las enfermedades neurológicas más incapacitantes. No se trata solo de un dolor de cabeza intenso, sino de un trastorno complejo que puede incluir síntomas como náuseas, sensibilidad a la luz y al sonido, visión borrosa y mareos. Los tratamientos farmacológicos han sido durante años la principal opción para los pacientes, pero no siempre funcionan o pueden generar efectos adversos como somnolencia, dependencia o problemas digestivos.
Aquí es donde la estimulación cerebral no invasiva entra en juego. Este tratamiento ha demostrado ser eficaz en la reducción de la frecuencia e intensidad de los episodios de migraña mediante la regulación de la actividad neuronal en las áreas del cerebro responsables del procesamiento del dolor.
"Gracias a esta tecnología, muchos pacientes han logrado reducir el número de crisis migrañosas y disminuir su necesidad de fármacos", señala la Dra. Sonia Montilla, especialista en Neurofisiología Clínica del Hospital Sanitas La Moraleja.
Al no depender de medicamentos, se evitan efectos adversos como el aumento de peso, la disfunción sexual y la fatiga, que suelen ser barreras importantes en el tratamiento convencional de la depresión.
Depresión resistente: cuando los fármacos no son suficientes
La depresión es una de las principales causas de discapacidad en el mundo. Afecta a millones de personas y, aunque los antidepresivos y la psicoterapia han demostrado ser eficaces, un porcentaje importante de pacientes no responde adecuadamente a estos tratamientos.
En estos casos, la estimulación cerebral no invasiva se ha convertido en una alternativa prometedora. La EMTr, en particular, ha demostrado ser especialmente efectiva en la depresión mayor resistente a fármacos.
"Este tratamiento ayuda a regular la actividad de las áreas cerebrales responsables del estado de ánimo, promoviendo la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina", explica el Dr. de Avellanal.
Resultados en pacientes con depresión
La EMTr logra una mejoría significativa en un 60-70% de los casos. En algunos pacientes, los efectos positivos pueden notarse tras la segunda o tercera semana de tratamiento. Los beneficios pueden prolongarse durante meses, reduciendo el riesgo de recaídas.
Además, al no depender de medicamentos, se evitan efectos adversos como el aumento de peso, la disfunción sexual y la fatiga, que suelen ser barreras importantes en el tratamiento convencional de la depresión.
¿Cuánto dura el tratamiento?
La duración del tratamiento varía según la técnica utilizada y la patología tratada.
En la EMTr, el protocolo habitual consta de 36 sesiones: 30 sesiones diarias durante seis semanas y seis sesiones adicionales en las siguientes tres semanas. En la tDCS, se inicia con 12 sesiones de 20 minutos en dos semanas
La mayoría de los pacientes experimentan mejoría a partir de la segunda o tercera semana, aunque los efectos máximos suelen aparecer al finalizar el tratamiento.
¿Existen contraindicaciones o efectos secundarios?
A pesar de su seguridad, no todos los pacientes pueden someterse a estos tratamientos. Según la Dra. Montilla, las contraindicaciones incluyen:
- Marcapasos o implantes metálicos en el cráneo.
- Cirugías recientes en la zona craneal.
- Embarazo o lactancia, debido a la falta de estudios en estos grupos.
- Menores de 14 años
En cuanto a los efectos secundarios, son mínimos y transitorios. Algunos pacientes pueden experimentar:
- Cefalea leve tras la sesión (desaparece en pocas horas).
- Hormigueo o sensación de picor en la zona de aplicación.
- Molestias cervicales