Vivimos demasiado deprisa, en un mundo demasiado acelerado. No es extraño que en esta situación, la fatiga se haya convertido en una constante para muchos. Tenemos que tener en cuenta que es un problema más común de lo que nos creemos en la sociedad actual en la que las preocupaciones, el querer llegar a todas partes hace que perdamos toda la energía y la capacidad de recuperación.
“La definición de fatiga es la sensación de cansancio extremo, es la falta de energía y literalmente el agotamiento. Algunas veces no conseguimos recuperarnos con el descanso. Esta falta de energía nos puede afectar a la vida cotidiana. Podemos hablar de cansancio, más o menos intenso, pero eso es diferente a la fatiga crónica que es una dolencia que necesita tratamiento médico”, matiza la farmacéutica Meritxell Martí, alma mater de Farmacia Meritxell en Andorra. Afortunadamente, existen remedios caseros que pueden ayudar a aliviar este cansancio cotidiano.
La falta de energía nos puede afectar a la vida cotidiana
Diferentes tipos de fatiga
- Fatiga física: dificultad para el movimiento ligero, se sienten los músculos débiles, pesadez en el cuerpo o dificultad para el esfuerzo físico.
- Fatiga mental: cuando nos cuesta concentrarnos, cuando nos sentimos mentalmente agotados, y nos cuesta activarnos mentalmente, existe apatía.
- Fatiga emocional: va muy directamente relacionado con la depresión y el estrés, pueden aparecer ansiedad y la sensación de no llegar a todas las tareas.
La farmacéutica nos cuenta que la fatiga puede aparecer a todas las edades, siempre dependiendo de la capacidad de recuperación, de desconexión. “Muchas veces depende de la edad, de hecho, a medida que nos vamos haciendo mayores, aumenta la incidencia al cansancio extremo, por el mero hecho de una ralentización del metabolismo”, indica Meritxell Martí.
Motivos por los que podemos padecer fatiga
Para poder paliar esta fatiga, la experta nos cuenta que deberíamos conocer en primer lugar los motivos por los que podemos padecerla:
- Dormir o descansar mal.
- Estrés, ansiedad, nerviosismo durante mucho tiempo.
- Déficits nutricionales, niveles bajos de algunos nutrientes esenciales, como puede ser hierro, magnesio, vitamina D o vitaminas del grupo B concretamente la B12.
- Enfermedades crónicas o infecciones persistentes, que pueden provocarnos fiebre, tratamientos médicos prolongados o dificultades físicas en el movimiento.
- Problemas o enfermedades hormonales como el hipotiroidismo, disfunciones adrenales.
- Alimentación desequilibrada y consumo excesivo de alcohol o estimulantes como la cafeína.
Se puede añadir vitamina C en suplementos, de 1 a 2 gramos diarios, sobre todo si nos sentimos muy cansados
12 suplementos eficaces para combatir la fatiga
Hay una serie de suplementos nutricionales que pueden sernos de utilidad si los incluimos en nuestra rutina de cuidados, tal y como nos resume Meritxell Martí.
- Extra de vitamina C. “Mi consejo es añadir vitamina C en suplementos, de 1 a 2 gramos diarios, sobre todo si nos sentimos muy cansados. Aunque también podemos añadir vitamina C de forma natural aumentando en la dieta alimentos ricos en vitamina C como son algunas frutas, como los cítricos.
- Coenzima Q10. Este suplemento forma parte de la cadena metabólica de producción de energía desde el núcleo de la célula. Será además captador de radicales libres, lo que ayudará a combatir el daño que puede hacer el estrés y la misma fatiga. Es especialmente interesante en personas que hacen mucho deporte, se aconseja también en personas que tienen fatiga crónica. Ayuda a aprovechar la energía de los nutrientes.
- NADH. Este suplemento forma parte del metabolismo en la formación de ATP, de energía, forma parte de la cadena de transporte de electrones, mejora el rendimiento físico y mental. Es útil en personas con fatiga crónica, estrés prolongado y fibromialgia.
- Adaptógenos. Estos suplementos van a adaptarse a las necesidades de cada persona, ya sea para reequilibrar el estrés como para mejorar la resistencia física y mental. Destacan entre ellos Ashwagandha, el Reishi, que además mejora el sistema inmune, o la Rhodiola Rosea, eficaz frente al estrés y alidada para elevar el rendimiento físico.
- Ginseng coreano, aumenta la energía, reduce la fatiga. Eso sí, hay que tener en cuenta que algunas veces el ginseng coreano provoca cierto nerviosismo en mujeres.
- Ácidos grasos esenciales, como Omega 3 y el Omega 6, el aceite de borraja y el comino negro. Mejoran la función cognitiva y ayudan a disminuir la inflamación crónica y la fatiga crónica.
- Teanina, mejora el rendimiento mental a la vez que ayuda a la concentración, no es tan estimulante como puede ser la cafeína.
- Vitaminas del grupo B, ácido fólico, y más concretamente la vitamina B12.
- Magnesio. Reduce la fatiga muscular y mejora función nerviosa, relaja y mejora el sueño reparador. “Aconsejo el bisglicinato de magnesio”, nos dice.
- Hierro. Es eficaz para el transporte de oxígeno en la sangre. Su déficit causa fatiga y falta de resistencia, además de debilidad, sobre todo cuando los niveles de hierro están bajos aumenta la falta de energía.
- Vitamina D. También contribuye a la energía baja y al cansancio ligados a déficit de esta vitamina, mejora el sistema inmune y función muscular.
- L-carnitina, convierte en grasas en energía y mejora la resistencia, especialmente útil en el ejercicio y recuperación.
4 remedios caseros para mejorar la energía al instante
La experta comparte, además, cuatro remedios caseros que nos pueden ayudar también en casos de fatiga, para tratar de recuperar la energía.
- Receta de bebida isotónica. Nos puede servir para recuperar los electrolitos, agua con zumo de limón y una pizca de sal, también podemos añadir un poco de miel.
- Shot energético. Es conocido como el shot antiinflamatorio, se añade: una cucharada de miel cruda, media cucharada de canela en polvo, una pizca de cúrcuma en polvo a la que podemos añadir algo de pimienta negra, un poco de agua y zumo de limón.
- Infusión de menta y jengibre. Poner en una tisana, unas hojas de menta, un trocito de jengibre, podemos añadir algo de miel y limón.
- Batido energético: Usamos un vaso de leche vegetal ligera como la de almendras o coco, medio plátano, unas pocas semillas de chía a las que hayamos puesto en remojo antes, podemos añadir semillas de calabaza y un dátil, todo en batidora. Es muy energizante.
La dieta y el descanso, así como tratar de evitar situaciones estresantes, son factores fundamentales para tratar de mitigar los efectos de la fatiga
Consejos útiles para aliviar la fatiga y mejorar la energía
Además de recurrir a estos remedios caseros, tal y como recomienda la especialista es básico seguir un estilo de vida saludable para tener energía y evitar la fatiga, para ello la alimentación equilibrada es clave.
- Una dieta rica en alimentos fáciles de digerir evitará la fatiga que va a ocasionar las digestiones pesadas. Una alimentación rica en nutrientes esenciales la aportarán los alimentos de calidad, evitando los ultraprocesados y optando por los alimentos frescos y naturales, ricos en nutrientes como hierro, magnesio, ácidos grasos esenciales, proteínas, vitaminas y probióticos y prebióticos o fibras.
- Descansar bien, durmiendo correctamente siempre que sea posible entre 7 y 8 horas reales. Es importante que el sueño sea eficaz y tratar de evitar despertar nocturnos que rompen el ciclo del sueño. Podemos mejorar el sueño si antes de acostarnos tomamos una infusión relajante con tila, manzanilla o incluso melatonina en baja dosis. “Cuando dormimos las 8 horas de sueño, llegamos al sueño reparador en la que se repara el organismo, se regenera y se recupera la energía perdida durante el día. Si no dormimos lo suficiente, no conseguimos la energía necesaria para el día siguiente y aumenta el estrés con lo que empeora el cansancio”, nos dice.
- Evitar las situaciones estresantes o que nos aporten un desgaste importante de energía por nerviosismo, que provocan picos de cortisol que precisan un extra energético en la persona. Deberíamos practicar el autocontrol, mindfulness o relajación.
- También podemos optar para la respiración profunda inhalando 4 segundos, reteniendo el aire 4 segundos y exhalar lentamente lo máximo que podamos, si es posible 6 u 8 segundos.