mujer seria y pensativa sentada en el suelo, junto a un cristal© Getty Images

Este es el extraño síndrome que hace que puedas sentirte tan frágil como el cristal

Hablamos con dos expertas sobre el síndrome delirio de cristal es un trastorno muy poco frecuente 


21 de febrero de 2025 - 7:00 CET

Cuando hablamos de trastornos relacionados con la salud mental, existen algunos que son extremadamente extraños. Uno de ellos es el denominado delirio o ilusión de cristal, un tipo de alteración o ideación delirante según la cual quien lo padece siente que su propio cuerpo es de cristal, que tiene las propiedades de este material y especialmente su fragilidad, llegando a creer firmemente que puede romperse o quebrarse con la misma facilidad. Así nos lo detalla Ignacio Rodríguez de Rivera, Psicoanalista y miembro docente de los Másters de postgrado del CEAP (Centro de Estudios y Aplicación del Psicoanálisis) www.centroceap.com.

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Quien lo padece siente que su propio cuerpo es de cristal y cree firmemente que puede romperse

¿Cuál es su origen?

Le preguntamos al experto por el origen de este, cuando menos, llamativo problema y nos anticipa que es complicado determinarlo puesto que es un tipo de delirio que, a nivel clínico, apenas tiene presencia en la actualidad. “En la Edad Media, sobre todo, y, también, a principios del Renacimiento (entre los siglos XIV y XVII) son las épocas en que se documentaron mayor número de casos. Tuvo, de hecho, gran prevalencia entonces y se sabe puesto que llegó a afectar a reyes, como Carlos VI de Francia o a artistas como el compositor Chaikovski”, nos explica el experto, que añade que esa gran repercusión en aquellos tiempos llevó a que autores como Cervantes o Descartes llegasen a mencionar este tipo de delirio en sus obras.

Posibles causas de este tipo de delirio

En todo caso, el experto nos cuenta que los estudios psiquiátricos posteriores al respecto han ofrecido algunas hipótesis sobre sus detonantes. "Se considera que podría originarse como mecanismo defensivo en personas sometidas a un elevado nivel de presión que, además, sienten que deben proyectar una imagen de máxima fortaleza y seguridad en sí mismos y, a la vez (o por causa de), desarrollan un temor patológico a evidenciar cualquier indicio de fragilidad: esa dualidad mantenida en el tiempo les puede llevar a proyectar ese gran temor (esa fragilidad) al cuerpo, que sienten como que se les pudiese romper en mil pedazos”, explica el psicoanalista.

Se considera que podría originarse como mecanismo defensivo en personas sometidas a un elevado nivel de presión

¿Comparte síntomas con otros problemas de salud mental?

El especialista matiza que, en su opinión, en realidad más que un trastorno per sé, es una tipología de ideación delirante. “Los delirios no son trastornos en sí, sino síntomas o manifestaciones: hay numerosos trastornos mentales, como la esquizofrenia, o -en ciertos casos-  la bipolaridad, por poner dos ejemplos, que pueden  desencadenar delirios, pero también hay enfermedades y desequilibrios orgánicos/físicos (como tener muy bajo el sodio) que pueden llegar a provocar que estos emerjan”, nos cuenta.

mujer joven preocupada, sentada en un sofá, mirando por la ventana© Adobe Stock

Poso frecuente en la actualidad

La buena noticia, tal y como nos explica Ignacio Rodríguez de Rivera es que es muy infrecuente en la actualidad. “Que yo sepa, más allá del Siglo XVIII no hay apenas casos documentados. Y es que, numerosos estudios que apuntan a que el tipo de delirios más frecuentes en cada época varía en base a factores sociológicos, como la percepción social que se tiene de distintos materiales, en este caso el cristal que, con el paso del tiempo, se fue haciendo más resistente, dejando de representar, por tanto, el epítome de la de la fragilidad que en aquellos tiempos sí era”, apunta, en relación a un posible motivo de dicha disminución.

Lo que sí que nos confirma es que en los casos documentados en la antigüedad hablan, efectivamente, de una tremenda afectación a la vida de quienes padecían este tipo de delirio, que suponía un elevado nivel de pánico, casi fobia, a la idea de quebrarse o romperse, de forma que solían evitar todo contacto físico con personas u objetos e, incluso, atarse almohadones alrededor del cuerpo o no moverse de la cama o de lugares almohadillados.

Es extremadamente infrecuente en la actualidad, pues el tipo de delirios más frecuentes en cada época varía en base a factores sociológicos

¿Cómo se diagnostica este trastorno?

En su opinión, los trastornos con elementos delirantes, por decirlo de alguna forma, son quizás los más evidentes y por tanto los más “fáciles” de detectar o de diagnosticar. “Lo más complicado es, en estos casos, ayudar al paciente a ver que está inmerso en un delirio que no es real, algo que no conviene hacer ‘de golpe’ sino a través de terapia, según se vaya viendo la posibilidad real del paciente a enfrentar que su vivencia no es real”, nos cuenta.

Tratar estos trastornos

Por último, el experto nos detalla que hoy en día existen numerosos recursos para tratar este tipo de trastornos, desde medicación (anti-psicóticos, etc.) hasta terapias individuales y grupales enfocadas en aprender a convivir con ciertos trastornos crónicos o a superar otros que no tienen por qué ser de por vida. 

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