La queratitis es una inflamación de la córnea, la estructura transparente frontal del ojo, que cubre la parte de color (iris), y la pupila. Tal y como nos explica el doctor Manuel González de la Ballina, oftalmólogo de Clínica Baviera de Santiago de Compostela, esta lesión puede deberse a múltiples causas, y tener distintos grados de afectación ocular. “Es una de las afectaciones de la córnea más frecuentes, pero por suerte, la presentación más habitual son las formas más leves y superficiales. Pueden evolucionar a formas más graves, por lo que es importante tratarlas a tiempo para evitar complicaciones mayores en el futuro”, explica el experto.
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Es una de las afectaciones de la córnea más frecuentes, pero la presentación más habitual son las formas más leves y superficiales
Cuáles son sus síntomas
Así, se manifiesta con síntomas que pueden incluir los siguientes:
- Enrojecimiento.
- Lagrimeo.
- Sensación de cuerpo extraño o de arenilla.
- Secreción.
- Sensibilidad marcada a la luz.
- Dolor franco.
- Disminución de la visión.
“Dependiendo de su causa, la queratitis puede ser leve y de fácil tratamiento, o severa y que llegue a comprometer la visión del paciente”, nos explica.
En los casos más graves, puede llegar a comprometer la visión del paciente
¿Cuáles son las causas?
El especialista detalla que las queratitis pueden ser provocada por múltiples causas. Según qué las produce, se dividen en dos grandes grupos: las infecciosas y las no infecciosas.
- Las queratitis infecciosas son causadas por un microorganismo, como bacterias, virus, hongos o parásitos. “Por ejemplo, las queratitis víricas más frecuentes están causadas por el virus herpes simple o virus herpes zoster”, indica el doctor. Mientras, las queratitis bacterianas son mucho más frecuentes en usuarios de lentes de contacto, sobre todo en aquellos que exceden el número de horas de uso indicadas y que realizan un mal mantenimiento de estas. Y nos detalla que las queratitis por hongos también son más frecuentes en usuarios de lentillas y tras la entrada de material orgánico en el ojo (restos vegetales, tierra), al igual que las queratitis parasitarias, que se deben a un germen llamado Acanthamoeba, que se dan casi exclusivamente en usuarios de lentillas con higiene de estas muy deficiente.
- Las queratitis no infecciosas se deben a factores físicos y químicos, sin involucrar microorganismos. Puede ser causadas por exposición a la radiación ultravioleta (soldadura, reflejo solar en la nieve o el mar), sequedad ocular, por exposición (no cerrar bien los párpados), por traumatismos o por el contacto con sustancias químicas como ácidos o productos de limpieza (lejía).
¿Hay distintos tipos de queratitis?
“Según la profundidad de la afectación, tendremos distintos tipos de queratitis. Las más frecuentes son las queratitis punteadas superficiales, que son las más leves y solo afectan a la superficie. A medida que afecta a otras capas de la córnea, va provocando otras lesiones, como infiltrados, pannus, leucomas (opacidades), vascularización, que son situaciones más graves y requieren otros tratamientos”, apunta el doctor González de la Ballina.
¿Hay personas con más riesgo de padecer este problema?
Hay una serie de factores que pueden aumentar el riesgo de padecer queratitis. Así, el doctor detalla que los usuarios de lentes de contacto con mal uso o higiene de estas, padecer alguna enfermedad ocular, sistema inmunológico debilitado, traumatismos, tratamiento con esteroides tópicos, ciertas enfermedades (diabetes, déficit de vitamina A) pueden favorecer la aparición de esta enfermedad.
¿Cómo se llega al diagnóstico?
Para confirmar el diagnóstico de queratitis, lo primero que se tiene que hacer es una buena historia médica del paciente, donde se le preguntará acerca de sus enfermedades oculares y sistémicas, uso de lentes de contacto, uso de medicamentos tópicos y generales, así como posibles traumatismos. Después, el oftalmólogo realizará un examen completo de los ojos del paciente en la lámpara de hendidura, incluyendo tinción con fluoresceína (un colorante para ver lesiones en la córnea). En casos más graves se llevarán a cabo pruebas adicionales como cultivos o raspados corneales.
En el caso de las queratitis infecciosas se ha de recurrir al uso de fármacos para tratar de revertir el problema
Cómo se trata la queratitis
Una vez que se confirma el diagnóstico, ¿cuál es el tratamiento que se debe seguir? El doctor confirma que dependerá de la causa que ha provocado la inflamación de la córnea, de la situación general del paciente y del momento en que se realiza el diagnóstico.
“Para las queratitis infecciosas se usa el fármaco adecuado para cada tipo, como antibióticos para las bacterianas, antivirales para las víricas, antifúngicos para las causadas por hongos, o antisépticos para las parasitarias, siendo estas dos últimas siempre tratamientos más prolongados”, nos dice. Mientras, para las queratitis no infecciosas se utilizan lubricantes oculares (lágrimas artificiales, geles), antiinflamatorios, lavados oculares con sustancias específicas, cierre palpebral...
“En casos graves o avanzados, con daño corneal extenso, pueden ser necesarios tratamientos más agresivos, como cirugías, injertos o trasplante de córnea”, cuenta el doctor de Clínica Baviera.
¿Cuáles son las posibles complicaciones de este problema?
No podemos perder de vista que la queratitis es una afectación ocular que puede llegar a comprometer seriamente la visión si no se trata a tiempo. “Aunque la mayoría son formas leves y de fácil manejo, otras pueden llegar a causar complicaciones graves como úlceras, perforaciones o pérdida temporal o permanente de la visión. Por ello, es fundamental seguir buenas prácticas de higiene y protección ocular, y acudir al oftalmólogo ante cualquier síntoma o signo sospechoso para tener un diagnóstico fiable lo más precoz posible, para iniciar un tratamiento adecuado cuanto antes”, concluye el especialista.