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¿Sabías que comer en cinco minutos y masticar poco puede estar detrás del estrés o el mal humor? Tal vez nunca lo habías pensado, pero la relación existe. Cada vez tenemos más información, más contrastada, basada en estudios científicos sobre nutrición. Por eso, hoy en día, ya no debemos conformarnos y asumir que las molestias digestivas que tenemos en muchas ocasiones son algo normal con lo que hay que convivir.
Sobre la importancia de la salud digestiva nos habla la dietista integrativa con postgrado en psiconeuroinmunología (PNI) y divulgadora Yor D. Andonova en su libro Vive más y mejor con una buena digestión. Una obra en la que profundiza en el sistema digestivo para explicar su funcionamiento desde el primer bocado, sus conexiones con el cerebro y cuáles son los síntomas que alertan de posibles problemas en tus tripas.
Desde hace tiempo, cada vez se pronuncia más este lema, el objetivo no es solo vivir más, sino vivir mejor. Esa debería ser la clave, ¿no cree?
Sí, así es. Hay mucha gente que vive muchos años, pero con tratamientos farmacológicos crónicos, que toman mínimo 3 pastillas. Tienen además dolores que les hace estar en la cama o en reposo, se fatigan o se cansan con facilidad, etc.
Por tanto, aquí lo que queremos conseguir es vivir muchos años, pero con calidad de vida. Poder jugar con los nietos, sentirnos enérgicos, ir al gimnasio o a hacer deporte y en definitiva disfrutar de nuestra jubilación y no sufrirla.
Y nuestra salud digestiva tiene un papel fundamental en este objetivo. ¿Por qué, hasta ahora, no le habíamos dado la importancia que realmente tiene?
Siempre se le ha dado mucha importancia, Hipócrates en el 460-360 a.C, que era un médico griego, ya decía “la salud empieza en el intestino”. Lo que pasa que en los últimos 10 a 15 años han salido muchísimos estudios de la microbiota y su importancia. Ya que se ha visto que tenemos más bacterias o virus en el cuerpo que células humanas y que estas son capaces de influirnos prácticamente en todo. Cuidando de nuestra salud digestiva cuidamos de nuestra microbiota de forma indirecta, ya que tener síntomas como hinchazón abdominal, estreñimiento, diarrea o acidez, nos están indicando que el sistema digestivo no está bien por lo que la microbiota tampoco y esto nos influye en nuestra salud general.
Tener síntomas como hinchazón abdominal, estreñimiento, diarrea o acidez, nos están indicando que el sistema digestivo no está bien
Vivimos en un mundo que va demasiado rápido. ¿Es el estrés un enemigo de nuestra salud digestiva?
Sí. Como comento en el libro, el comer y la digestión debe ser desde el sistema nervioso parasimpático que es el de calma, tranquilidad, mirada hacía dentro del organismo, movimientos intestinales que se activan, etc.
Pero hoy en día vivimos, y nos hemos acostumbrado a vivir, con el sistema nervioso simpático que es el del “aquí y ahora”, siempre con cosas pendientes, corriendo para todos lados y con sensación de que no llegamos a nada. Este nos activa la amígdala en exceso y esto hace que estemos todo el día con la alerta activa, como si nos estuviera persiguiendo un león.
Cuando nos sentamos a comer no somos capaces de hacerlo desde la tranquilidad y la calma por lo que comemos y digerimos con la alerta y esto hace que no se fabriquen jugos gástricos como toca y no se mueva el intestino por lo que nos fermenta más la comida.
Comenta que las comidas preparadas han aumentado un 300% en los últimos cuatro años. Un dato que nos debería hacer reflexionar, ¿no cree?
Sí, dentro de esta vida del “aquí y el ahora” no tenemos tiempo ni para cocinar. Vamos a la opción rápida y fácil. A menudo esta opción es la comida precocinada o preparada. El caso es que este tipo de comidas están llenas de aditivos, aceites de mala calidad, almidones y sustancias que nuestro cuerpo ni reconoce y le inflama.
© Getty Images¿Piensa que, teniendo a nuestro alcance muchos productos de calidad, comemos peor que nuestros abuelos?
Desde luego que sí. Si pensamos en cuando éramos pequeños, nuestros abuelos apenas tenían paquetes de mil cosas en casa. Ellos iban al mercado o a la plaza y compraban su carne, su pescado y sus verduras. No tenían tantos alimentos ultraprocesados llenos de aditivos como el potenciador del sabor por ejemplo, que nos boicotea la saciedad y nos hace comer sin freno esas aceitunas o esa bolsa de patatas. Estas son cosas modernas. Entonces ellos cocinaban comida de toda la vida y no tenían tantas tentaciones como ahora.
Ahora encontramos empresas con carne de pasto que tienen sus animales sueltos en libertad, frutas y verduras ecológicas y pescado salvaje pero no está al alcance de cualquiera. La mayoría de personas comen carne del supermercado que viene de ganaderías intensivas y esto afecta mucho al nivel nutricional. También consumen frutas y verduras del supermercado las cuales el 90% son de fuera de España y se han tenido que recolectar inmaduras para que nos lleguen aquí sin estar estropeadas, y esto también afecta mucho al nivel nutricional.
¿Considera que, por fin, hemos empezado a darle la importancia que merece a un aspecto como es la inflamación?
Sí y no. Mucha gente que está en redes sociales o que se interesa y sigue cuentas de este tipo o Podcast pues se preocupa y hace cambios en su vida. Pero aún hay muchísima gente que no sabe la importancia tan grave que significa el encontrarse inflamada o no ir al baño a diario. Debería ser una información más accesible aún a la población general. Cuanta más importancia le demos y más hablemos de ello, mejor.
La diversidad alimentaria, es decir, comer muchos alimentos diferentes, es clave para una buena salud digestiva
Ya hablamos de microbiota, de dieta antiinflamatoria o de SIBO... Tenemos multitud de información sobre nutrición a nuestro alcance, ¿puede ser un problema si no aprendemos a diferenciar el grano de la paja, la que realmente nos conviene?
Sí, porque al final empezamos a mezclar muchos conceptos y parece que todo es malo. Justo hace un rato terminaba una consulta con una paciente que ya no sabe que comer tras tantas restricciones por temas digestivos que ha tenido, como la dieta baja en FODMAP, añadido a todo lo que lee o escucha de otros alimentos en redes sociales. Entonces creo que tenemos demasiada información, que mucha gente no sabe gestionarla y tiene un poco de cacao en la cabeza.
Esto al final hace que comamos menos alimentos de lo que deberíamos y la diversidad alimentaria, es decir, comer muchos alimentos diferentes, es clave para una buena salud digestiva.
Ahora, por ejemplo, muchas personas creen que tienen SIBO, ¿podemos caer en el extremo opuesto, en que se sobrediagnostiquen problemas digestivos?
Sí y no. Realmente tras la pandemia ha habido un ‘boom’ de problemas digestivos muy muy muy elevado. Al final en ese momento se paralizó la vida de muchas personas y se apoderó la ansiedad, el miedo y la alerta. Entonces estamos ahora arrastrando aún todo a nivel digestivo. Luego sí es cierto que mucha gente da positivo en SIBO y se toman los antibióticos como si eso fuera lo que les va a solucionar todo, y no es así. El SIBO al final es la punta del iceberg y el test puede dar positivo por otros desequilibrios digestivos que no son sólo el sobrecrecimiento de bacterias, como por ejemplo por exceso de hongos intestinales o por falta de jugos gástricos.
Lo ideal es trabajar nuestro sistema digestivo de manera integrativa, enfocando el origen del problema y pudiendo reforzar el terreno (las mucosas), ver si tenemos hiperpermeabilidad intestinal, valorar el equilibrio de la flora bacteriana buena (ya que muchas veces los síntomas vienen por una deficiencia de la flora bacteriana y los antibióticos nos harán más mal que bien en este momento concreto).
En resumen, sí creo que hay muchos problemas digestivos hoy en día REALES, que hasta hace poco se normalizaban e invitaban a los pacientes a vivir así y ahora se han dado cuenta que tienen solución. Pero por otro lado pienso que hacerles a todos la prueba SIBO y ya no es el camino.
El SIBO al final es la punta del iceberg, y el test puede dar positivo por otros desequilibrios digestivos que no son sólo el sobrecrecimiento de bacterias
En nutrición, como en todos los aspectos de la medicina, debe personalizarse cada caso, ¿no es así?
Desde luego que sí. Un tratamiento que es para todos igual, no puede funcionar. Ya que nunca vamos a tener un paciente con los síntomas totalmente idénticos a otro. Siempre hay pequeñas fluctuaciones de unos a otros. La microbiota también es diferente en cada ser humano, por tanto la nutrición y el enfoque de los desajustes digestivos también debe serlo.
¿Cómo convencería a alguien de que no debería normalizar tener molestias digestivas a diario, sentirse hinchada y cansada todo el día?
Le explicaría que el sistema digestivo debe funcionar sin síntomas, ya que esto es clave para una buena salud a nivel general. Lo relacionaría con la calidad de vida del paciente, pues con esas molestias digestivas seguramente no se encuentre bien y a nadie le gusta estar cansado. Por lo que le explicaría que pudiendo dar apoyo a su sistema digestivo pueden mejorar todos esos síntomas que ha normalizado y no debería. Al final nuestro cuerpo emite síntomas para que hagamos algo con ellos, como es por ejemplo buscarles solución. Y justo esto es lo que quiere decirle su cuerpo, que necesita ayuda.
¿Cuáles piensa que son los principales errores que cometemos en relación a nuestra alimentación y que más perjudiciales pueden resultarnos?
- Comemos muy rápido y esto nos pasa factura.
- Abusamos de los ultraprocesados.
- No sabemos gestionar la saciedad. La mayoría de personas come por encima de sus posibilidades porque no sabe parar, tienen el “síndrome del plato vacío”
Estos tres errores creo que son los que más se repiten y más nos afectan.
Habla de pequeños cambios de hábitos. Entendemos que eso es fundamental, optar por pasos accesibles, en vez de plantearnos objetivos más inabarcables que nos hagan caer en el desánimo, ¿verdad?
Sí, porque muchas veces intentar hacerlo todo perfecto nos lleva a la frustración y lo abandonamos. Entonces tenemos que tratarnos con más amabilidad y empatía y de forma realista y objetiva ver cómo incorporar pequeños cambios que no nos supongan más estrés mantenerlos en el día a día ya que si lo hacemos todo perfecto, pero vamos estresados por lo perfecto que hacemos todo, vamos mal.
¿Hasta qué punto cree que hay relación entre una buena salud digestiva y una buena salud mental?
Están super conectados nuestro sistema nervioso con nuestro sistema digestivo mediante el nervio vago. Todo lo que pensamos y sentimos impacta en nuestro intestino, como por ejemplo tener un examen o una entrevista que a menudo hay personas que les hace ir al baño. De la misma manera sucede al contrario, todo lo que pasa en el sistema digestivo, como por ejemplo la afectación de la microbiota, nos va a afectar a nivel psicológico, ya que la microbiota es clave en la producción de la serotonina y cuando no estamos bien de las tripas es muy fácil que tengamos tendencia a la depresión, a pensar negativo y a meternos en el bucle. Por ello comento en el libro que el 70-80% de las personas que tienen problemas digestivos toma antidepresivos.
Todo lo que pasa en el sistema digestivo, como por ejemplo la afectación de la microbiota, nos va a afectar a nivel psicológico
¿Siempre le ha preocupado cuidar su salud digestiva o hubo un momento concreto que marcó el camino?
No, aprendí su importancia tras empezar a estudiar el máster de PNI (psiconeuroinmunología) y realizar diferentes cursos de microbiota avanzada. Realmente hasta entonces desconocía mucha información. Me pareció tan fascinante y revolucionario todo este mundo que me lancé a él.
¿En quién pensaba cuando se enfrentó a la primera página en blanco de 'Vive más y mejor con una buena digestión'?
En todos mis pacientes, que durante estos 6 años me han impulsado a aprender más para ayudarles mejor.
