Y de repente, le miras, te mira, y surge el flechazo. Cupido hace de las suyas y surge lo que se conoce como amor a primera vista. Hoy, coincidiendo con el Día de San Valentín, hemos querido reflexionar acerca de este tipo de relaciones, planteándonos si se trata de una realidad psicológica o tan solo un mito. “El amor a primera vista no es un mito, pero tampoco se puede considerar ‘amor’ en su definición más profunda desde el primer momento”, nos comenta el psicólogo Marc Rodríguez, (@rodriemocion), psicólogo especialista en inteligencia emocional, que nos cuenta que lo que las personas experimentan como amor a primera vista es una fuerte conexión inicial, generalmente basada en la atracción física y en una respuesta emocional intensa.
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“En términos más ‘psicológicos’ si queremos decirlo así, esta experiencia está ligada a la activación de ciertas áreas del cerebro que generan emociones positivas y deseo de cercanía con la otra persona. Tenemos un torrente de oxitocina (la hormona del amor) en sangre”, comenta el psicólogo. Sin embargo, en su opinión, el 'amor' en su sentido pleno requiere tiempo, conocimiento mutuo y una conexión emocional profunda. Es más correcto decir que en ese momento inicial puede haber una chispa, un flechazo o lo típico de 'hay química', pero el amor es algo que se construye de forma más profunda.
Cuando hay flechazo, las personas siente una fuerte conexión inicial, generalmente basada en la atracción física y en una respuesta emocional intensa
¿Es algo superficial o puede llegar a ser auténtico?
El amor a primera vista puede parecer superficial porque, al principio, suele basarse en la apariencia física, el carisma o la impresión que la otra persona causa. Sin embargo, el psicólogo nos comenta que no siempre lo es.
“Esa conexión inicial puede ser el punto de partida de algo auténtico si, después del primer encuentro, se desarrolla una relación basada en la compatibilidad, la confianza y la comunicación. Por ejemplo, una pareja puede sentir esa ‘chispa’ inicial que los conecta, pero para que sea auténtico, deben conocerse, superar diferencias y construir una relación sólida”, indica.
Así que, en su opinión, aunque el amor a primera vista puede parecer superficial al inicio, puede evolucionar hacia algo más profundo si ambas partes están dispuestas a invertir en la relación.
¿Puede un amor a primera vista triunfar y acabar convirtiéndose en una relación duradera?
Una de las dudas que nos surge es si es posible que un amor a primera vista termine convirtiéndose en una relación duradera, algo que sí que puede suceder según el psicólogo, pero esto no ocurre únicamente por la conexión inicial.
“Para que triunfe, es necesario que ambas personas estén dispuestas a trabajar en la relación y superar los desafíos que inevitablemente surgirán. El éxito de una relación no depende de cómo empieza, sino de cómo se cultiva con el tiempo”, nos explica. Esa atracción inicial puede ser una ventaja, pero si no se construye sobre bases sólidas, como la comunicación, el respeto y los valores compartidos, la relación puede no perdurar.
“Es decir, sin amor a primera vista puede haber amor profundo, pero sin amor profundo no sirve de nada un amor a primera vista, está condenado a terminar, tiene fecha de caducidad”, argumenta Marc Rodríguez.
Para que triunfe, es necesario que ambas personas estén dispuestas a trabajar en la relación y superar los desafíos que inevitablemente surgirán
¿Qué rasgos definen un amor a primera vista?
Un amor a primera vista suele caracterizarse por:
- Atracción intensa: Un sentimiento inmediato de interés o deseo hacia la otra persona, generalmente basado en la apariencia física o el lenguaje corporal.
- Conexión emocional instantánea: La sensación de que "hay algo especial" en la otra persona, como si fuera única o excepcional.
- Idealización inicial: Tendemos a idealizar a la persona en este momento, proyectando nuestras expectativas y deseos sobre ella, aunque aún no la conozcamos bien.
- Deseo de cercanía: Surge una necesidad de acercarse, hablar o pasar más tiempo con esa persona, como si fuera una urgencia emocional.
Tendemos a idealizar a la persona en este momento, proyectando nuestras expectativas y deseos sobre ella,
Personas más propensas a vivir un amor a primera vista
Hay personas más enamoradizas que otras, de eso no hay duda. Y aquellas que caen en el flechazo con más facilidad suelen tener estos rasgos:
- Romanticismo elevado: Quienes tienen una visión idealista del amor son más propensas a interpretar un encuentro inicial como "destino" o como algo mágico.
- Altamente emocionales: Personas que experimentan emociones intensas y se dejan llevar por sus sentimientos suelen estar más abiertas a creer en esta conexión instantánea.
- Son impulsivas: Quienes tienden a actuar rápido o a tomar decisiones basadas en la emoción del momento pueden interpretar una fuerte atracción inicial como amor.
- Personalidad extrovertida: Las personas sociables y abiertas suelen conectar más rápidamente con los demás, lo que aumenta la probabilidad de sentir algo intenso desde el principio.
La importancia de la atracción física
Lo que es evidente es que en este tipo de relaciones, es fundamental la atracción física inicial. “Es lo primero que percibimos de una persona y, en muchos casos, es lo que desencadena esa conexión inicial. Nuestro cerebro responde de forma automática a señales visuales, como la apariencia o el lenguaje corporal, que pueden generar interés o atracción inmediata”, nos cuenta.
Matiza, eso sí, que aunque la atracción física sea un factor importante al principio, no es suficiente para sostener una relación a largo plazo. “Una conexión emocional y una compatibilidad profunda son necesarias para que esa relación florezca y se mantenga en el tiempo”, nos explica.
Aunque la atracción física sea un factor importante al principio, no es suficiente para sostener una relación a largo plazo
Parejas que funcionan sin amor a primera vista
En el caso opuesto, hay muchas parejas que se fraguan con el tiempo, que funcionan cuando antes no ha habido amor a primera vista. Amigos o compañeros que acaban siendo pareja, por ejemplo. “Muchas parejas exitosas no empiezan con un flechazo o un amor a primera vista. En lugar de una conexión inmediata, estas relaciones se construyen poco a poco, a medida que las personas se conocen mejor y desarrollan una conexión más sólida basada en la amistad, el respeto y los valores compartidos”, comenta Marc Rodríguez.
De hecho, en su opinión, en muchas ocasiones, las relaciones que crecen de forma gradual pueden ser incluso más estables, ya que no se basan únicamente en la atracción inicial, sino en una conexión más profunda que se ha fortalecido con el tiempo.