Todos podemos vivir momentos en los que padezcamos ansiedad. Se trata de es una respuesta natural del cerebro ante situaciones estresantes. El problema llega cuando se vuelve crónica y aparece de forma independiente a factores desencadenantes, tiene un impacto importante en la salud física y mental. Así, esta patología puede afectar ampliamente a nuestro organismo desde el sistema nervioso hasta el sistema inmunológico generando, entre otros, problemas cardiovasculares, respiratorios, digestivos, incluso insomnio o disfunción sexual.
“Hay que diferenciarla del miedo, cuando el sujeto conoce el elemento externo y concreto que le amenaza y se prepara para responder. Mientras, en la ansiedad, el sujeto desconoce el objeto, siendo la amenaza interna y existiendo una dificultad en la elaboración de la respuesta”, matiza el doctor Jorge Máñez, neurólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre e integrado en el Instituto de Neurociencias Vithas (INV). Así, apunta que la ansiedad es anormal cuando es desproporcionada y demasiado prolongada para el estímulo desencadenante e incluso podría decirse que la ansiedad se convierte en un trastorno que requiere ser tratado cuando cualquier evento se interpreta como amenazante, cuando la ansiedad se convierte en una intolerancia a la incertidumbre siendo como es la incertidumbre inherente a la vida misma.
La ansiedad es una respuesta natural del cerebro ante situaciones estresantes
El vínculo entre la ansiedad y las enfermedades neurológicas
Sabemos, por lo tanto, cuándo la ansiedad se convierte en un problema. Pero hoy queremos ahondar en un factor añadido. Según explica el doctor Jorge Máñez, “es habitual encontrar pacientes con ansiedad en la consulta y no es excepcional que la ansiedad sea una manifestación inicial de una enfermedad neurológica”.
Eso sí, el especialista matiza que conviene señalar que no es lo habitual. “No quiero enviar un mensaje de alarma que vincule la ansiedad con un tumor cerebral, por poner un ejemplo. Ahora bien, la conducta depende del cerebro y en este sentido un cambio relativamente brusco del comportamiento, como puede ser comenzar a presentar ansiedad patológica (desproporcionada a las ‘amenazas vitales’, sostenida) particularmente en una persona sin una historia personal previa de ansiedad, sí debe plantear la posibilidad de un trastorno neurológico subyacente”, comenta. ¿Cuáles podrían ser algunas de estas enfermedades? “Trastornos como la epilepsia, la enfermedad de Parkinson o lesiones cerebrales causadas por tumores, ictus o enfermedades inflamatorias pueden presentar ansiedad aguda o crónica entre sus manifestaciones clínicas”, manifiesta el doctor.
El cerebro y la ansiedad
Para entender este vínculo, tenemos que partir de que el cerebro es el órgano responsable de organizar la conducta y el comportamiento y, en ese sentido, la ansiedad es un trastorno de la manera en la que el paciente reacciona a eventos vitales y particularmente al manejo de la incertidumbre. Tanto es así que “cuando un paciente previamente sano debuta con ansiedad debería considerarse acudir a un especialista en neurología”, subraya el Dr. Máñez.
Existe un gran número de centros nerviosos que participan en la producción y modulación de la ansiedad en el cerebro. “Cuando hablamos de ansiedad y cerebro, un área crucial es el córtex prefrontal, que se encarga de regular las emociones. En la ansiedad, esta área se encuentra hipoactiva, lo que genera que la regulación de las emociones no se lleve a cabo del modo correcto”, nos cuenta
Conviene matizar de nuevo que en la gran mayoría de los casos la ansiedad es “primaria” y no parte de un proceso neurológico más amplio como la enfermedad de Parkinson o la epilepsia, ni consecuencia de una lesión cerebral tumoral o vascular y, en estos casos, el abordaje terapéutico principal es por parte de profesionales del ámbito de la salud mental.
En la gran mayoría de los casos la ansiedad es 'primaria' y no parte de un proceso neurológico
¿Es habitual ver pacientes con ansiedad en la consulta de neurología?
Sin embargo, incluso cuando la ansiedad es la enfermedad en sí misma, también las consultas al neurólogo son algo habitual. “No es raro, aunque quizás sí poco conocido en comparación con la imagen de la opresión torácica o la sensación de ahogo de la crisis de pánico, que como consecuencia de la ansiedad crónica los pacientes puedan notar hormigueo en algunas zonas del cuerpo, sensación de mareo e inestabilidad, fatiga mental con problemas de concentración y fallos de memoria o incluso dolor de cabeza”, detalla.
El especialista de Vithas indica que esas consultas son fundamentales sobre todo por la variedad de síntomas neurológicos que presentan los pacientes con ansiedad. Es frecuente que en los casos de ansiedad primaria (cuando no hay una “lesión” cerebral o enfermedad neurológica asociada) el paciente presente uno o varios de entre síntomas como mareo, inestabilidad, problemas de atención y concentración, fallos de memoria o dolor de cabeza que son motivos de consulta frecuentes en neurología.
La importancia del diagnóstico precoz
Es importante, teniendo esto en cuenta, realizar un diagnóstico precoz en estos casos. De ahí que siempre debería incluirse una prueba de imagen cerebral dentro del protocolo diagnóstico de un trastorno neuropsiquiátrico como la ansiedad pero también en otros comunes como la depresión.
Las pruebas neurológicas deben realizarse para evaluar la función del sistema nervioso y descartar que la ansiedad pueda estar relacionada con una condición neurológica subyacente. “Para aliviar los síntomas de la ansiedad se emplean antidepresivos, ansiolíticos o eventualmente tratamientos específicos para la enfermedad neurológica en cuestión (por ejemplo, levodopa para la enfermedad de Parkinson o antiepilépticos) y de esta manera impactar también positivamente sobre la ansiedad”, añade el especialista.
En muchas ocasiones, es importante un tratamiento multidisciplinar para asegurar que los pacientes con afecciones neurológicas reciben un tratamiento integral que incluya el manejo de cualquier problema de ansiedad. “Trabajar con psicólogos y psiquiatras que apliquen terapias cognitivas y conductuales ayudará al paciente a tratar los episodios de ansiedad, incluso en casos refractarios se puede valorar la Estimulación Magnética Transcraneal (rTMS), que es una técnica no invasiva en investigación que utiliza campos magnéticos para estimular áreas específicas del cerebro”, explica el doctor Máñez.
Siempre debería incluirse una prueba de imagen cerebral dentro del protocolo diagnóstico de un trastorno neuropsiquiátrico como la ansiedad pero también en otros comunes como la depresión
Cuándo buscar ayuda profesional en caso de tener ansiedad
En opinión del doctor, hay que tomar medidas y buscar ayuda profesional cuando la gestión del día a día se hace cada vez más complicada por esta dificultad para manejar las situaciones cotidianas y el mañana se percibe como una amenaza, de manera que se encara la vida con miedo e inquietud con un bloqueo mental, por así decirlo, que impacta transversalmente todos los aspectos vitales. El problema radica en que se convierta en un problema habitual, reiterado, que se cronifique. Es lo que tenemos que tratar de evitar.
“A menudo se ‘culpa’ de la ansiedad al contexto vital y esto a veces es cierto y se puede atravesar por un periodo de ansiedad transitorio debido a una sobrecarga de estrés (laboral, familiar, emocional…). El problema es cuando la ansiedad es la norma y no la excepción a pesar de que las circunstancias vitales se van modificando y no siempre justifican ese desasosiego continuo”, nos comenta.