Hace unos meses, el médico y conferenciante Mario Alonso Puig explicaba en un vídeo en TikTok, que se hizo viral, la clave para reconocer a las personas tóxicas. El reconocido divulgador explicó que, debido a heridas emocionales no resueltas, tienden a castigar a los demás como una forma de proyectar su propio sufrimiento.
Según Mario Alonso Puig, el comportamiento tóxico no surge de la nada, sino que se alimenta de un pasado de dolor no gestionado. En lugar de enfrentarse a sus emociones y tratar de sanarlas, estas personas desarrollan una actitud de confrontación y rechazo hacia su entorno, trasladando su carga emocional a quienes les rodean. Este proceso, lejos de aliviar su malestar, lo perpetúa, creando un ciclo en el que su sufrimiento se mantiene y afecta tanto a ellos como a los demás.
El comportamiento tóxico no surge de la nada, sino que se alimenta de un pasado de dolor no gestionado
Para romper con esta dinámica, insistió en la importancia del autoconocimiento y la gestión emocional. En lugar de culpar al exterior, Mario Alonso sugería que las personas tóxicas debían desarrollar autocompasión y aprender a enfrentarse a sus heridas desde la introspección y el crecimiento personal. También recomendaba que, aunque podemos desarrollar la empatía hacia estas personas, también debemos saber protegernos.
La reflexión de Mario Alonso Puig nos ha hecho pensar en cómo se convierte alguien en una persona tóxica y, sobre todo, si podemos hacer algo para ayudarle. Para ello, hemos consultado a una experta en heridas de la infancia, quien nos ha explicado cómo se genera esta toxicidad y si alguien tóxico puede cambiar.
¿Por qué hay personas que se convierten en tóxicas?
En realidad, una persona no es tóxica por naturaleza, sino que adquiere un comportamiento y una forma de relacionarse con los demás o incluso consigo misma de manera tóxica. Como explica la terapeuta Ester López (@laninaquesana), suscribiendo las palabras de Mario Alonso Puig, "la toxicidad no es una identidad, sino un conjunto de patrones aprendidos".
El origen del comportamiento tóxico: el aprendizaje desde la infancia
Desde que nacemos, aprendemos a relacionarnos a través de nuestro entorno más cercano, que suele ser nuestra familia. La forma en que nuestros padres se tratan entre ellos y con los demás influye directamente en nuestro propio desarrollo emocional.
"Si crecemos en un entorno donde hay respeto, amor, buenos límites y equilibrio emocional, aprenderemos a relacionarnos de una forma sana", explica Ester López. En estos casos, los padres suelen ser adultos emocionalmente responsables, lo que les permite transmitir valores y habilidades que ayudan a sus hijos a desarrollar relaciones saludables en su vida adulta.
Las personas en las que durante su infancia han predominado la manipulación, el abuso emocional o la dependencia aprende a ocupar un rol dentro de una dinámica disfuncional en la que siempre hay una víctima, un agresor y un salvador
Las personas que más daño hacen son las que más han sufrido, y muchas veces su actitud negativa no es más que una manifestación de su propio dolor interno
Por el contrario, cuando un niño crece en un entorno donde predominan la manipulación, el abuso emocional o la dependencia, "aprende a ocupar un rol dentro de una dinámica disfuncional en la que siempre hay una víctima, un agresor y un salvador". Y lo que se aprende en casa se replica después en cualquier otro ámbito social, ya sea con amigos, pareja o incluso en el trabajo.
¿Las personas tóxicas son malas por naturaleza?
A menudo se etiqueta a ciertas personas como "tóxicas", pero la realidad es que no se trata de que alguien sea malo por naturaleza. "No creo que ninguna persona sea mala en esencia", asegura López. "Simplemente están viviendo la vida bajo unos parámetros que son nocivos tanto para ellas mismas como para quienes se ven involucrados en esas dinámicas".
Esto significa que, muchas veces, las personas que muestran comportamientos tóxicos también están sufriendo. "Una persona a la que se le pone la etiqueta de 'tóxica' en realidad sufre muchísimo porque está atrapada en una espiral de dolor de la que ni siquiera es consciente", afirma la terapeuta. Y si alguien no sabe que está en una situación destructiva, difícilmente podrá hacer algo para salir de ella.
Sin embargo, también es importante reconocer que "cualquier persona que se mantenga cerca de estas dinámicas y permita que ciertos límites se traspasen, también tiene aprendizajes que necesita revisar". Esto significa que, aunque nos veamos como víctimas de alguien tóxico, también podemos estar participando activamente en la situación sin darnos cuenta.
Cualquier persona que se mantenga cerca de estas dinámicas y permita que ciertos límites se traspasen, también tiene aprendizajes que necesita revisar
¿Se puede ayudar a una persona tóxica a cambiar?
A menudo se dice que lo mejor es alejarse de las personas tóxicas, pero ¿realmente se les puede ayudar? Según López, "tengo muchísima confianza en la evolución del ser humano". Es decir, una persona puede cambiar si realmente lo desea. "Yo misma tenía muchas dinámicas tóxicas porque así lo aprendí desde que nací, pero he trabajado en ello y he cambiado", confiesa.
Sin embargo, hay un detalle crucial: "una persona que no toma la decisión de cambiar, nunca lo hará. Por más ayuda que tenga, no puedes ayudar a quien no quiere ser ayudado". Esto es algo fundamental para quienes intentan salvar a otros sin éxito. "Si te quedas ayudando a alguien que no quiere esa ayuda, en realidad es porque tú también has adquirido un rol tóxico (el de salvador) y ahí siempre encontrarás a alguien a quien salvar para mantenerte en esa espiral".
La clave para inspirar un cambio: el ejemplo personal
Entonces, ¿cuál es la mejor estrategia para ayudar a alguien con comportamientos tóxicos? López es clara en su respuesta: "No hay mejor forma de ayudar a otra persona que ayudándote a ti misma". Muchas veces intentamos cambiar a los demás desde la teoría, pero lo que realmente inspira a los otros es el ejemplo.
"Si te centras en ti, en cuidarte, en quererte, en respetarte, en poner límites y mantenerlos, vas a empezar a brillar y con esa luz vas a comenzar a inspirar al resto". Este cambio de enfoque no solo permite alejarse de las dinámicas tóxicas, sino que también genera un impacto en quienes nos rodean.
Si te centras en ti, en cuidarte, en quererte, en respetarte, en poner límites y mantenerlos, vas a empezar a brillar y con esa luz vas a comenzar a inspirar al resto
¿Qué hacer si tienes a alguien tóxico en tu vida?
Por último, le preguntamos a la experta qué deberíamos hacer si convivimos con una persona tóxica. La terapeuta Ester López nos indica que si identificas a alguien en tu entorno que muestra comportamientos tóxicos, lo primero es analizar cómo te está afectando y si estás permitiendo situaciones que cruzan tus límites. "Lo más importante es entender que tú no eres responsable de cambiar a nadie", enfatiza López. "Lo que sí puedes hacer es decidir cómo te relacionas con esa persona y hasta dónde permites que su toxicidad te afecte".
Si la relación es insostenible y te genera un daño constante, es recomendable poner distancia. Pero si la persona está dispuesta a cambiar y trabajar en sus comportamientos, puede ser una oportunidad para crecer juntos. "Todo es cuestión del nivel de consciencia en el que se encuentre cada uno", concluye la terapeuta.