justin hailey bieber photocall© Getty Images

Pareja

La falsa ruptura de Justin y Hailey Bieber: ¿Es necesario que las parejas compartan todo en redes sociales?

Al no ver imágenes de ellos juntos en Instagram, y dejarse de seguir en la red social, el cantante y la modelo han vuelto a verse envueltos en especulaciones sobre una posible separación. Analizamos cómo las parejas deben gestionar estas situaciones, y si el entorno digital refleja lo el estado de las mismas.


1 de febrero de 2025 - 12:00 CET

La constante exposición mediática de parejas famosas como Hailey y Justin Bieber a menudo desencadena rumores sobre su estado sentimental. Recientemente, la pareja volvió a encontrarse en una nueva nube de especulaciones, después de que muchos de sus fanáticos dejaran de verles juntos en redes sociales, y tras fijarse, también, en que el cantante había dejado de seguir a su mujer en Instagram.

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Justin y Hailey Bieber o cuándo publicar fotos con tu pareja en redes sociales© Getty Images

En un contexto en el que las redes sociales actúan de juzgados, ante estos rumores Justin Bieber publicó varias imágenes junto a su esposa en Instagram, acompañadas de un mensaje que desmentía cualquier distanciamiento o ruptura afirmando que alguien había entrado en su cuenta y clicado el unfollow a su mujer. Además, aprovechó la ocasión para decir que nunca iba a encontrar otra mujer tan maravillosa como Hailey Bieber, y, por si estas explicaciones no parecieran suficientes, compartió en su muro varias imágenes junto a ella y otros amigos en Aspen, haciendo cómplices a todos sus seguidores de que la relación continúa viento en popa.

El caso del matrimonio es uno de los muchos que podemos tomar como ejemplo para reflexionar sobre cómo las imágenes en redes sociales influyen en nuestra percepción de las relaciones, y la validación que estas plataformas ofrecen. 

Su caso no es más que uno más de los muchos que vemos cada día: cuando  alguien no publica contenido con su pareja, parece que la relación no está pasando por uno de sus mejores momentos, y en ocasiones llegamos hasta a pensar que ha podido desquebrajarse.

Desde que las redes sociales son una constante en nuestro día a día (piénsalo: seguro que dedicas más tiempo a ellas que a leer o a hacer alguna otra actividad que te guste), tener que mostrar públicamente cada día todo lo que pasa por nuestra vida parece un imperativo, pero no debería serlo. Detrás de esta necesidad de demostrar públicamente la calidad de una relación, se esconden efectos adversos.

Las redes sociales, fuente de validación externa

Susana Ivorra, directora del centro de psicología y terapia de pareja que lleva su nombre, nos ayuda a explorar las dinámicas detrás de esta necesidad de demostrar públicamente la calidad de nuestras interacciones en el mundo digital: “A veces publicamos este contenido en un momento de exaltación de ese amor, porque sentimos esas ganas de gritar a los cuatro vientos que somos felices; otras, lo hacemos sin cuestionarlo mucho, por inercia, porque es lo que se espera, porque lo hace mucha gente. En cambio, hay ocasiones en las que publicamos este contenido por presión de la otra persona o del círculo más cercano, porque se ve como sospechoso no hacerlo, como si quisiéramos esconder algo”.

Como un gran porcentaje del contenido que vemos en redes sociales, publicar información sobre nuestras relaciones no siempre es un acto espontáneo, sino que muchas veces está condicionado por fuerzas externas como las expectativas sociales o incluso la presión de la pareja.

Esta presión de compartir aspectos de la vida privada puede distorsionar la percepción de una relación tanto para los involucrados como para los demás. Como señala Susana Ivorra, “genera la falsa sensación de que como pareja debemos ser felices y estar alegres todo el tiempo”. Sin embargo, ella subraya una verdad esencial: “En la intimidad sabemos que hay días buenos, días malos, y la mayoría son más bien neutros; ni una cosa ni la otra. Sin embargo, públicamente sólo enseñamos lo bonito, así que se crea una disonancia”.

© Getty Images

Una imagen creada a nuestro antojo

De hecho, y aunque cada día hay más influencers que muestran también el lado natural de los acontecimientos, destacando incluso los días malos, esta disonancia de la que habla la psicóloga puede empujar a las personas a compartir imágenes o mensajes incluso en momentos en los que no están plenamente felices. “Te sientes mal en la relación o tienes dudas o te sientes culpable por algo que has hecho o pensado y tratas de sobrecompensar exaltando el amor que sientes o las cualidades de la otra persona”, explica Susana Ivorra.

Más allá de ese entorno social en el que buscamos una validación externa, lo cierto es que juzgar es un acto completamente humano. La manera de gestionarlo es lo que debemos controlar. 

Con o sin redes hacemos lo mismo, juzgamos una apariencia, la foto fija de un instante. Vemos a nuestros amigos en pareja en cenas, situaciones sociales, y de pronto rompen la relación y nos sorprende porque pensábamos que eran una pareja ideal

Susana Ivorra, psicóloga

Queda claro que las redes sociales amplifican esta tendencia, ya que suelen mostrar una versión curada de la realidad. Como explica Susana Ivorra, “lo que ocurre de puertas para adentro pensamos que es una extensión de lo que ocurre de puertas para fuera, y no es así”. En este sentido, las redes refuerzan una percepción limitada, que muchas veces ignora la complejidad y los matices de una relación.

© Getty Images

Cómo separar la vida pública de la privada

Ante estas presiones sociales, existen varias estrategias que pueden ayudarnos a desarrollar una relación más saludable con las redes sociales y la manera en que gestionamos nuestra privacidad:

  • Coherencia interna y acuerdos con la pareja: “Primero de todo ser coherente con cómo eres y cómo es tu pareja, y llegar en ese sentido a acuerdos de ‘coherencia’. Porque de otra manera actuamos por inercia, por lo que se espera, no por lo que de verdad queremos”, cuenta la experta.
  • Reflexionar antes de publicar: “Meditar los beneficios y las implicaciones de publicar algo”, señala. Esta pausa puede ayudarnos a discernir si la publicación surge de un deseo auténtico o de una necesidad de validación externa.
  • Reconocer que las explicaciones son privadas: Susana Ivorra recalca que “las explicaciones nos las debemos a las partes implicadas, no al resto del mundo”. Aunque las redes forman parte de nuestras vidas, no estamos obligados a mantener una narrativa constante para los demás.
© @justinbieber

La dinámica entre Hailey y Justin Bieber, como la de cualquier pareja expuesta en redes sociales, pone de manifiesto la complejidad de equilibrar la vida privada con la validación pública

Al reconocer nuestras propias motivaciones y límites, podemos comenzar a construir relaciones más auténticas y menos condicionadas por la mirada externa. El reto se encuentra en diferenciar qué mantener a un lado y al otro. Pero, sobre todo, en tratar de prescindir de la mirada ajena para tomar decisiones. Justin Bieber decidió acallar las especulaciones, pero no tendría por qué haberlo hecho.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.